QUIJOTE SIGLO XXI - (www.elquijotesiglo21.es.tl)  

 
 

   
  EL QUIJOTE AÑO 2012
  Jorge B.L.Aragón
 



21 de Septiembre de 2012

LA BATALLA DE TUCUMÁN
Y LA VIRGEN MARÍA
24 DE SEPTIEMBRE


Todos sabemos que la Virgen María es una sola pero se la conoce bajo distintas advocaciones, en distintos lugares y tiempos. ¿Qué es una advocación?, es un ti­tulo que se le da a ciertos imágenes sa­gradas para distinguirlas entre sí. Los textos que van a leer a continua­ción, por cuestiones de espacios, son apre­tadas síntesis de otros, que sí fueron apro­badas por la Iglesia. Dejamos todo en ma­nos de María Santísima y pedimos al Se­ñor que nos ilumine para no equivocar­nos y le rogamos indulgencia por tanta osadía. También nos sometemos en to­do al juicio de la Iglesia Católica. La historia nos cuenta que el General Belgrano durante la batalla de Tucumán, el 24 de septiembre de 1812, en plena gue­rra por la independencia, puso toda su confianza en Dios y en nuestra Señora de la Mercedes, a quién adopta como Patrona del Ejército. Esa mañana de ese día que se libró el combate, el General estu­vo orando largo rato ante el altar de la Vir­gen. Después de la victoria, en el parte de guerra que transmite al gobierno, escri­be textualmente: "La Patria puede glo­riarse de la victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nues­tra Señora de la Merced, bajo cuya pro­tección nos pusimos". El General profundamente conmovido por el triunfo, nombra a la Virgen de las Mercedes como Generala del Ejército. Las religiosas de Buenos Aires al enterarse de esto remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de la Merced para que dis­tribuya entre los soldados y en la próxima batalla, la de Salta, son divisas de gue­rra. A partir de estos hechos, esta advo­cación mariana adquiere una solemnidad particular en los principales santuarios de la cristiandad
En el año 1912, al cumplirse el Cente­nario de la Batalla de Tucumán, la ima­gen de nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, fue coronada solemne­mente en nombre del Papa San Pío X. En varias ciudades del país, y en especial en nuestra ciudad de Mercedes (Corrientes) se venera a Nuestra Señora de la Merce­des con la intención de asegurarnos en perpetuidad su amparo y devoción.
En cuanto al origen de la festividad, en época en que los árabes dominaban Es­paña, muchos cristianos padecieron la es­clavitud y vieron en peligro la fidelidad de su fe y comenzaron a dudar, allí aparece un laico llamado Pedro Nolasco (1182-1256) quien al ver tantos cristianos redu­cidos a esclavos por defender a Cristo, tra­ta de conseguirles la libertad, ¿de qué ma­nera? Pagando con su propio dinero el rescate de muchos de ellos. Pero eran tan­tos los cristianos reducidos a la esclavitud, que él intento supera las posibilidades. Es allí donde se retira a la vida contemplati­va, se dedica a orar y ayudar al prójimo. En la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 se le aparece la Virgen y le manifiesta que el camino no es retirarse, sino el de fun­dar una Orden que tomara como carisma especial la tarea de liberar a los pre­sos cristianos.
Y así Pedro Nolasco y sus primeros com­pañeros visten el hábito y dan por fun­dada la Orden de los Mercedarios. La Orden se definía como: “Orden de la Mer­ced para la redención de los cautivos”. La palabra Merced o Mercedes en el caste­llano del siglo XIII significa misericordia. Con el tiempo este término pasa a ser nombre propio y quedo Nuestra Señora de las Mercedes.
El sentido teológico de la fiesta está dada por la oración de la misa, liturgia de las horas: se pide que lleguen a gozar de la verdadera libertad de los hijos de Dios, to­dos aquellos que padecen cualquier forma de esclavitud o prisión. Por eso en nuestra ciudad todos los 24 de septiem­bre, la procesión se detiene frente a la co­misaría local y se liberan presos. Por su­puesto que esto es un sentido simbólico, porque la verdadera liberación y libertad cristiana está en el Documento de la Con­gregación de la Doctrina de la fe, donde nos muestra a María que junto a su hijo, “es la imagen perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del Cosmos”.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@gmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com




14 de Septiembre de 2011
DÍA DEL MAGISTRADO
LA INDEPENDENCIA DEL JUEZ
OPINIÓN:

De acuerdo con la antigua doctrina sobre la función judicativa, quien la encarne debe ser la boca por la que habla la ley: un mero subsumidor de ella, no pudiendo ir más allá de la norma o los principios aplicables, pues la transgrediría.
Con esa forma de concebir la administración de justicia, que sería más una administración de legalidad, se pretendía definir uno de los ejes principales de la judicatura: la independencia judicial, que, paradójicamente, tira por los suelos el birrete y la toga, pues hace del juez una simple y estereotipada figura a la que algunos llaman asépticos y otros, más cruelmente, eunucos.
La moderna doctrina, sin embargo, considera que el juez, en su función de hacer justicia, debe ser totalmente independiente, tanto externamente – de los políticos, gobernantes, legisladores y cualquier otro ente ajeno – como internamente, de los jerarcas judiciales cuando actúan en funciones administrativas. Esa independencia significará que el juez decidirá racionalmente el caso en su conocimiento con la aplicación de la norma jurídica y el espíritu que le da su sustento real, procurando hallar la recta solución, según su convicción, lo que resultará, además de legal, ante todo justo.
Con ello se concibe al juez como lo que es: un ser humano que, pese a su alta investidura, tiene su propio bagaje de ideas, valores, pensamientos, sentimientos, actitudes y aptitudes y una concepción del mundo, temporal y espacial.
Lo anterior sí es acorde con la dignidad del juez, con sus errores, defectos y prejuicios, pero también con la debida formación en la materia jurídica y afines, y con claros y firmes principios éticos y morales, intachables, que le hacen merecedor, ante el colectivo social, de absoluta confianza en sus sentencias.
Se concibe al juez en su auténtica independencia, de modo que sus resoluciones sean realmente imparciales, consecuentes con un sistema democrático de derecho, de modo que no se le niegue su identidad, intimidad, raciocinio, inteligencia y perspectiva política del mundo en que actúa; en suma, su condición de ser racional, con lo que se logrará un juez activo y participante en lo que debe ser su primigenia función: ser sujeto productor del derecho, al integrarlo constantemente a la realidad circundante diaria.(Desiderátum de la función judicial)
Ahí está, precisamente, el meollo de la cuestión: si el juez es verdaderamente independiente, externa e internamente, no tendrá que cubrirse con el falso ropaje de una imparcialidad malentendida y sus decisiones, sin duda, serán acordes con el régimen democrático, al que da sustento y mantenimiento en su indiscutible rol político y social. Será un juez libre y garante de una verdadera justicia.
Feliz día para el magistrado independiente.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com

 

10 de Septiembre de 2012
EL MENOR PUEDE VOTAR MIENTRAS LA VÍCTIMA ES SILENCIADA
CONTRASENTIDO
OPINIÓN

La puesta en libertad de menores autores y participes de crímenes execrables o aborrecibles; la alarmante cantidad de delitos cometidos por menores con participación de asociaciones ilícitas que lo dirigen; la falta real de contención profesional y la fuga de menores inimputables sumamente peligrosos, ha reabierto nuevamente la controversia en nuestra provincia y en el país sobre la inimputabilidad del mismo y la modificación del régimen penal del menor.
En nuestro código de procedimiento en lo penal – Tucumán – al igual que en el digesto formal nacional el menor de dieciséis años – inimputable - , no puede ser objeto dentro del proceso penal de querella alguna y tampoco demandado civilmente en contra de sus progenitores responsables. Únicamente pueden ser objeto de una acción de daños y perjuicios en sede civil.
El único que puede intervenir en un proceso penal – proceso especial de menores - es el Fiscal de instrucción en lo penal que por turno corresponda - Ministerio Público- y el Juez de Menores como representante tutelar con intervención de la defensoría de menores pertinente. Estamos expresando de cualquier tipo de delitos aún los más graves con pena de hasta prisión perpetua. (Homicidios agravados en cualquiera de sus tipos)
En ese sentido las opiniones publicadas y la opinión pública se debaten entre dos polos aparentemente contrapuestos: el derecho del menor delincuente a recibir el tratamiento penalmente establecido en la ley, lo que ha determinado su inexorable libertad vigilada, y el interés de los familiares de la víctima, que reclaman un trato legal más acorde con la realidad que nos supera.
La respuesta a un espeluznante crimen cualquiera sea (homicidio; violación; robo agravado), está prevista en la ley y desde esa perspectiva, debe aplicarse el axioma “dura lex sed lex” – dura es la ley pero es la ley –. Sin embargo, ese aforismo no se condice de ningún modo con “la palabra de los familiares de las víctimas y de los ofendidos que no pueden silenciarse”.
La ley penal del menor como cualquier ley puede ser modificada.
El estado y el congreso de la nación tratan de alguna manera de insertar la problemática enfrentando a dos posturas contrapuestas sin fijarse en que el objetivo esencial es el interés general o el bien común en los casos que nos toca vivir en la actualidad
Las tendencias internacionales sobre la justicia de menores señalan como objetivo de la misma, tanto la protección del superior interés del menor como la de priorizar y garantizar el orden pacífico de la sociedad.
De esta forma, es necesario resaltar que el interés del menor y el de la sociedad (o el de las víctimas) es el mismo interés público que hay que proteger. Ambos intereses deben conjugarse con una normativa que permita la educación del menor infractor y los legítimos intereses de las víctimas.
Si hay que hablar de culpas, de lo cual no soy partidario, sólo la tendrán aquellos que se enquistan en sus posiciones ideológicas o sentimentales, desde aquella visión mesiánica ante la vida, creen tener la posesión de la razón absoluta. Son posibles las reformas tanto de la ley, como de las actitudes personales o colectivas ante la misma. Esas reformas deberían tender a reconciliar la razón y el sentimiento. Afrontar con seriedad y rigor el tratamiento de la delincuencia como uno de los grandes retos del mundo contemporáneo, determinando cuál es el campo del derecho penal y cual el de la política social.
Deberían abordarse los problemas con lo que se ha llamado “inteligencia emocional”, la cual en estas cuestiones apunta a la necesaria conciliación de los intereses aparentemente antagónicos. Es decir, lograr una convivencia que sea producto de la comprensión mutua y del abandono de la soberbia, en la que se colocan tanto aquellos que sólo invocan la razón como los que se amparan en los sentimientos.
En definitiva, son posibles todas las reformas, no sólo las legales sino también las de las actitudes de las víctimas para que se sientan comprendidas, con la esperanza de mejorar y permitir la coexistencia de lo que ahora parece tan irreconciliable.
Y es así como surge la visión “garantista” y la perspectiva de la “mano dura” como alternativas posibles para tratar y corregir la inseguridad estructural que está sufriendo nuestra sociedad.
Ambas visiones, absolutamente parciales, cometieron y siguen cometiendo el trágico error de “mirar el árbol haciendo abstracción del bosque”.
Pero uno y otro enfoque, solo centran sus pensamientos en la “imperceptible porción de los menores delincuentes, y han dejado de lado la mayoritaria porción de los menores honestos y demás victimas cualquiera sea la edad”
Por último ¿nos preguntamos cuál es la función del estadista, legislador, magistrado, funcionario judicial o del funcionario policial?
¿Es custodiar la calidad de vida, la seguridad, el bienestar de la sociedad en su conjunto, o por el contrario es la de proteger a ultranza a mínimos sectores, que marginados por diversos motivos de la sociedad, intervienen en contra de ella?
hoy los “niños sociales” o “menores sociales”, aquellos que se encuentran integrados a la estructura social, que son la inmensa mayoría de los niños del país, ven afectados sus derechos por una errónea interpretación jurídica de la defensa de los derechos primordiales.
Hoy ese menor que no puede ser objeto de una imputación penal – no puede ser querellado ni demandado civil en proceso penal – si puede según se pretende VOTAR
No tiene responsabilidad penal alguna cualquiera sea la víctima y el delito, pero puede votar con las responsabilidades y obligaciones del caso.
Me parece un contrasentido casi burlesco.
No será que la mayoría de esa franja de dieciséis años son contenidos por el Estado a través de planes sociales por su falta de inserción en la sociedad.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón
Jorgeloboaragon@hotmail.com
Jorgeloboaragon@gmail.com



21 de Agosto de 2012
¡REELECCION........

La posibilidad de reelegir a los titulares de los poderes ejecutivos es un tema largamente discutido. Las dos alternativas tienen muy buenos fundamentos. Así es que el doctor Juan Bautista Alberdi alternativamente se mostró partidario de un criterio y del opuesto.
Pero vale la pena recordar que fundamentos de peso para oponerse a la reelección de un gobernador o de una presidente es que éste es el natural representante de todos los ciudadanos, y no debe limitarse a representar las aspiraciones de una parte, de un partido; que debe velar porque los ciudadanos tengan amplia libertad de elección, y no inducirlos a votar por ellos mismos; tienen en sus manos resortes del Estado que deben emplearse en beneficio de todo el Pueblo, de la Ciudadanía, no usarlos de manera que resulte una propaganda - por lo tanto un beneficio- para un solo sector; puede desplazarse por todo el territorio con los gastos pagados por el estado, ya que realiza funciones oficiales a la par de su propaganda, y en algún caso puede caber la duda de que esas diligencias hayan sido artificialmente creadas para justifica giras de proselitismo.
Pero en estos últimos comicios una vez más se ha visto, en la práctica nacional y provincial, que resulta imposible que los primeros mandatarios no se vuelquen a la tarea electoral. Sin ser ellos mismos candidatos, -¿inevitablemente y naturalmente?- fueron ellos mismos agentes de propaganda partidaria. Entonces se ve que la norma de no
reelegir a los mandatarios en la mayoría de las Constituciones provinciales, no logra el objetivo buscado de apartarlos de la lucha electoral. ¿Para qué sirve, entonces, prohibir las relecciones?
cuando el pueblo que es el soberano ha manifestado su apoyo al gobierno de turno, el beneplácito por la labor desarrollada, su confianza en los candidatos oficialistas, de lo que bien puede inferirse que ese pueblo estará deseando su permanencia en el gobierno, su continuidad, y en la democracia los deseos populares deben plasmarse en realidades concretas.
Me parece que debemos sincerarnos que para que exista la mínima posibilidad para la minoría tenga posibilidades en una elección, el voto debe ser electrónico; el correo debe ser controlado por un organismo imparcial y los encargados de velar por los comicios – juez electoral federal– y junta electoral provincial debe ser el organismo imparcial del Estado con todos los mecanismos de apelación con términos y resoluciones indefectibles para que después no queden como meras resoluciones abstractas.
¡Se necesita Honestidad, independencia y mucho coraje…
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com



2 de Agosto de 2012
FALSA REIVINDICACIÓN
INDIGENISTAS
OPINIÓN

Es bueno comenzar por el diccionario. ¿Qué es un indígena? La Real Academia dice que es un adjetivo, “originario del país de que se trata”, que se aplica a personas y que se usa también como sustantivo. El término, por su sentido, se asemeja mucho a aborigen, “originario del suelo en que vive”. Tribu, animal, planta, aborigen. Dícese del primer morador de un país, por contraposición a los establecidos posteriormente en él. Usase más como sustantivo y en plural. Corominas no explica las etimologías pero parece evidente que aborigen es el que viene desde el origen e indígena viene de genuino, lo que es auténtico, natural, innato.
Quiere decir que indígenas somos todos los habitantes del planeta, según dónde nos encontremos. Tú tienes origen en la ciudad de Tucumán, eres indígena tucumano; te vas a Tafí del Valle y estás en otro ámbito, que no es el de tu nacimiento; no eres indígena de Tafí. El señor Yeltsin y la señora Margaret Thátcher son indígenas de Rusia y de Inglaterra, o, más específicamente, de los lugares de Rusia y de Inglaterra en que ellos se originaron. (En este caso el sentido de país es más el de región o territorio que el de nación o estado). Carlos Menem es un indígena de La Rioja y un migrante, un pajuerano, en Buenos Aires. También podría decirse que Menem es un indígena de Siria, atendiendo a sus ancestros, pero la tendencia argentina es la de tomar como “origen” el lugar de nacimiento personal y no el de su etnia ni el de su familia.
Tiene su importancia escarbar el sentido de las palabras. Porque esta gente, que habla de “indígenas”, a los que quiere referirse es a los indios.
La Academia dice que “indio” es lo natural, perteneciente o relativo a la India, y que también se aplica al indígena de América, o sea al originario de las Indias Occidentales. Estos hablan de un consejo mundial de pueblos indígenas, lo que induce a pensar que se trata de los originarios de las diversas partes del mundo, pero sólo se refieren a los indígenas de América, a los que bien y pronto, en idioma correcto, se les llama indios.
¿Por qué dan la vuelta de decir “indígena” cuando quieren decir ‘indio’? Posiblemente por un prurito de blancos europeos, que menosprecian a los indios; temen herirnos, ofendernos, al decirnos indios, y disimulan la idea bajo un término más pomposo: “indígena”.
Indígenas son toda la gente del mundo según el lugar en que se halle; “indios” somos sólo nosotros (o una parte de nuestros antepasados) en cualquier parte en que nos hallemos.
Estos indigenistas hacen una discriminación racial. Porque lo que interesa para ver quién es el indígena merecedor de su protección, es la raza, las raíces étnicas, la sangre de los antepasados, no el lugar de nacimiento. Su propósito puede ser bueno o no, no me meto, pero resulta que en el mundo actual las razas están muy entreveradas; entre los poquísimos indios existentes no hay pureza racial, ya que la conquista española produjo un zafarrancho entreverando las etnias nativas; los indios, entre ellos, eran andariegos y proclives a invadirse unos a otros, y a eso lo multiplicó el español al facilitar el desplazamiento de pueblos en largas distancias e incluso al obligar a esos desplazamientos. De modo que sería una ímproba tarea de investigación científica el determinar si quien es verdaderamente el que desciende de los antiguos pueblos americanos o si tiene, en mayor o menor medida, mezclas con antepasados europeos y africanos que no fueron habitantes del lugar antes del descubrimiento y de la conquista.
Se habla de que a las tierras hay que “devolverlas a sus dueños”, sosteniendo que los legítimos dueños serían los que en ella vivían antes de la conquista y, por herencia, sus descendientes, es decir su raza. Se trata entonces, evidentemente, de una discriminación racial. ¿Usted es un descendiente puro de los antiguos pobladores? Entonces tome esta parcela de tierra. ¿Usted tiene entre sus antepasados abuelos venidos de Europa o del África? Váyanse, porque no le corresponde nada.
¿En dónde y en mérito a qué, se pone un límite entre el indio auténtico y el indio mestizo, impuro o advenedizo?
Sería difícil precisarlo pero, al parecer, a ellos les bastaría con la desafección a las conquistas de la civilización occidental. ¿Se mantiene al margen de la cultura occidental? Entonces es un indio genuino. ¿Ha aceptado las ciencias, las letras, las bellas artes o las tradiciones del occidente cristiano? Entonces no es un heredero auténtico de sus antepasados dueños de las tierras.
El tema da para mucho. América está llena de lugares con nombres de santos cristianos, de repeticiones de nombres de España y hasta del empleo de lenguas americanas que no eran las autóctonas del punto designado.
Así es que en todo el norte argentino más abundantes que los nombres diaguitas son los nombres quichuas, de una lengua hablada y traída precisamente por los conquistadores.
Sobre el origen de la palabra Tucumán mucho se ha discutido y puede seguir discutiéndose.
Dicen que viene de “el país de los ríos” lo que -en una de esas- capaz que sea verdad; pero lo explican agregando que “es un verdadero jardín comparado con los desérticos valles calchaquíes, Catamarca, Santiago del Estero...”Entonces se queda sin explicar cómo es que Santiago del Estero fuera, precisamente, la capital del Tucumán, que comprendía también a los valles, a Catamarca y a la Puna, que nada tienen de verdadero jardín.
Hablan del Tucumán que resulta de la ordenanza de intendencias, y al mencionar su territorio olvidan a Tarija y a Potosí, que alguna vez también fuera tucumano y nos daba salida al Pacífico. Dicen que los primitivos habitantes del Tucumán fueron muy influidos por los Incas, lo que no tiene base de sustentación; hay, sí, un fuerte influjo que se evidencia principalmente en la lengua, pero que es una lengua traída por los españoles, no es “indígena” de esta región.
Mienten descaradamente al decir que los indios de aquí tenían una organización política, que Tucumán estaba dividido en naciones. Mienten, porque todas las evidencias históricas demuestran que las distintas parcialidades cacanas, tonocotes, lules, juríes, sanavirones, quilmes, guerreaban entre sí, sin fronteras fijas ni estables; que los abipones -una vez que dispusieron de caballos- hicieron una tremenda invasión exterminando a las demás “naciones” chaqueñas. Los Quilmes fueron invasores en los valles recién en la década de 1580, venidos desde La Rioja, y los demás calchaquíes pidieron a los españoles protección de esa invasión. De modo que la tal “organización política y social” es sólo una fantasía.
Ellos muestran que sería deseable devolver las tierras a sus dueños. Bien. ¿Y se les hiciéramos caso? El predio de la Legislatura era propiedad de los indios, así que habría que devolvérselo. La plaza también era de los indios, de modo que debiéramos salvarla de ser transitada por invasores venidos del Viejo Mundo.
Qué quieren. ¿Que todo el mundo tome el barco y se vaya a Europa? ¿Que para quedar aquí sea obligatorio hablar lengua cacana, ponerse una pluma en la cabeza e ignorar el teorema de Pitágoras y la rueda? ¿Hay que revalorar las culturas aborígenes suprimiendo hasta el papel y el lápiz? ¿Por qué no hacemos más bien un monumento al papel y al lápiz, exponentes de la cultura conquistadora, occidental y extraña al suelo americano?
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragón@hotmail.com
jorgeloboaragón@gmail.com

1° de Agosto de 2012
LA BANDERA TUCUMANA
Y LA CRUZ
OPINIÓN:

He manifestado en su oportunidad con relación a la bandera tucumana – hoy derogada - que no me parecía necesario que las provincias tengan banderas. Con la de Belgrano alcanza para todas. También he aseverado que la bandera tucumana pecaba de ser de difícil dibujo. Además resaltaba dos años 1812 y 1816; 1812 por la batalla en la que se batieron soldados de distintas provincias, no sólo tucumanos; y 1816 por el congreso, lo que resultaba una repetición, pues ya se lo recuerda con la casa histórica, en donde también participaron congresales de distintas provincias, obviamente reunidos en nuestra provincia.
Pero lo que estimaba que era un acierto y lo que la hacía valiosa es la cruz que nos representa. La cruz es emblema del cristianismo que la conquista se dispuso afianzar en estas tierras, y para concretar esa conquista es que se fundó nuestra ciudad. Nace Tucumán como consecuencia de esa conquista que a sus propósitos los simboliza en la cruz.
La cruz nos representa a los cristianos, a los católicos porque somos la comunidad que nació junto a la cruz que Don Diego de Villarroel plantara en Ibatín. Desde entonces tenemos esta lengua española, la rueda, la escritura, las tablas de multiplicar, el teorema de Pitágoras, todos los elementos de la civilización que junto a la cruz, y en el nombre de la cruz, se plantaron en este suelo; incluso el calendario con el que nos manejamos.
Nosotros, los tucumanos que la bandera debe representar, somos la comunidad fundada por Villarroel junto a la cruz, y en nombre de la cruz.
Ahora bien. Hay quienes interpretan que la bandera tucumana “discriminaba a los cristianos y no cristianos”. Es evidente que nuestra civilización no sólo fue cristiano sino que lo tuvo al cristianismo como razón de ser. Se fundó la ciudad para afianzar y difundir la cristiandad. De ahí nacemos como sociedad organizada.
Las banderas existen como un modo satisfactorio de identificarse, de mostrarse distinto a otros.
Ponemos a la cruz, porque es lo que nos encuentra, abarca e identifica.
No olvidemos que el Doctor Narciso Laprida y los otros veintisiete diputados de las provincias que se pronunciaron por la independencia un 9 de julio, lo hicieron “invocando al Eterno que preside el universo”, y a la voluntad de que fuéramos independientes la manifestaron “Al Cielo”, a las naciones y hombres todos del globo. Invocando al eterno manifestaron la independencia argentina.
Se habla de la libertad de culto y de la cantidad de religiones existentes.
A pesar de las libertades que comparto y respeto, no pueden ponerse en una bandera los signos de todas las religiones autorizadas. y abstenernos de expresar cual ha sido la razón de nuestro resurgimiento al mundo civilizado, como resultado de una conquista hecha por - nosotros -, la gente de la civilización que habla español, nos llevaría a plantear una bandera que fuese inodoro, incolora e insípida, para que no moleste a nadie.
Los símbolos religiosos en las banderas no son arcaicos y no tienden a dividir de manera alguna.
Israel, uno de los estados más modernos, ha incluido en su bandera la estrella de David, signo marcadamente religioso a pesar de que los israelitas reconozcan la libertad de culto, lo que les da carácter, lo que los identifica como pueblo, es la vieja religión que se vislumbra y abarca en la estrella en su estrella de David.
El lenguaje de los emblemas, de los signos, de los símbolos, pertenece a la heráldica, un arte que fue popular y comprensible.
“muchas críticas se pudieron hacer a la bandera tucumana, pero nunca a nuestra Cruz”.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


31 de Julio de 2012
LA MUJER GOLPEADA
(VIOLENCIA DOMESTICA)

Mi amigo el sacerdote enseña: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, y no sólo eso, la Palabra de Dios defiende desde principio a fin la igualdad de hombre y mujer, pues ambos fueron hechos a imagen y semejanza de Dios. El hombre tiene unas características y la mujer otras, son diferentes, pero están al mismo nivel de importancia y amor para Dios.
Todo el que humilla o maltrata a una mujer, está pecando gravemente, está desdibujando la imagen de Dios en ella.
Dios formó primeramente al hombre para que se diera cuenta de su soledad, para que fuera consciente de su necesidad de una compañera, y Él le hizo “una ayuda idónea”.
El Señor creó a la mujer de la forma más pedagógica posible, para que el hombre lo entendiera. Ninguna otra criatura fue creada así, con ella se tomó algo más de tiempo. Durmió al hombre y formó a la mujer de una costilla. No de un hueso de la cabeza, para que no se creyera superior, ni tampoco del talón, para que no se creyera inferior, la hizo de un hueso cercano al corazón para que la amara.
Golpear a una mujer, aparte de una cobardía (como lo es pegar a cualquiera, pues la violencia únicamente denota carencia de inteligencia para razonar), es rebajarla, humillarla y deteriorar la imagen de Dios en ella. Por tanto, maltratar a una mujer es pecar contra varios mandamientos. Primero contra “Amar al prójimo como a ti mismo” pero muy especialmente “No tomarás el nombre de Dios en vano”. Ya que “Tomar su nombre en vano no es algo tan sencillo como hablar mal o pronunciar su nombre sin sentido, sino algo mucho más importante.
El nombre en el Antiguo Testamento daba sentido al ser, lo representaba, decía algo de ese ser. Los cristianos representamos a Cristo, y tomar su nombre en vano es comportarnos de modo que no seamos dignos de llamarnos así.
Cuando Pablo habla de sujeción de la mujer al hombre, habla de un hombre perfecto que valora a la mujer y le da su lugar como compañera. No se pueden descontextualizar los textos, pues se pierde su verdadero sentido. "Todo texto fuera de su contexto es un pretexto.” Además jamás habla de violencia de ninguna clase.
Aquellos que realmente aman a Dios y estudian la Biblia, saben bien que la agresión es opuesta a Dios, pues “Dios es amor”.
Maltratar a alguien diverge totalmente de la voluntad de Dios. No solamente a nivel teológico, a nivel social la violencia es un delito.
Es responsabilidad de la sociedad actual educar a las futuras generaciones, a los niños y jóvenes de hoy en el respeto al ser humano, en el respeto a toda vida.
Maltrato a la mujer, ¿Problema cultural? No lo creo. Problema del pecado más bien. Los cristianos, y no cristianos, cualquier ser humano tengan la cultura que tengan, y vengan de donde vengan, jamás deben practicar la violencia en ninguna de sus formas. Sobre cualquier cultura humana tenemos la cultura de Dios. Por eso nos hacemos llamar cristianos.
“No hay camino para la Paz, la PAZ es el camino” Ghandy
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com





26 de Marzo de 2012
ALCOHOL
Y LA VIOLENCIA
OPINIÓN:

El informe de la organización panamericana de la salud sobre el alcoholismo de años anteriores, a nivel nacional muestra cifras alarmantes.
El 5% de las muertes en jóvenes es a causa del alcohol y a su vez el 4% de la morbilidad mundial se le atribuye al mismo factor. En cuanto a la dependencia de sus efectos, alrededor de 140 millones de personas y sus familias conviven con esta enfermedad a nivel mundial.
No obstante, el alcohol es la sustancia psicoactiva más utilizada en todos los niveles socioeconómicos, en ambos sexos y en todas las edades. En nuestra provincia – Tucumán -, el porcentaje de personas que consumen alcohol es tres veces mayor que el de fumadores y supera casi cien veces al de consumidores de todas las sustancias ilícitas.
El abuso creciente del alcohol ha contribuido a agravar diversos problemas sociales y de salud pública ligados a muchos comportamientos generadores de muerte, agresividad y violencia. Se relacionan con el abuso del alcohol la violencia y el maltrato familiar.
Es noticia a diario sobre la violencia no solamente de jóvenes sino de adultos y mayores que provoca en efecto del alcohol y los graves accidentes de tránsito y muertes ocasionados por el flagelo de lo que se considera directamente una droga.
El abuso de alcohol produce diferentes formas de psicosis, comportamientos irresponsables y deterioro general del organismo.
Desafortunadamente el país no presenta campañas drásticas contra esta esclavitud.
Se requieren campañas permanentes y educativas que reflejen realmente los daños físicos, emocionales o mentales producidos por su consumo.
Las industrias alcoholeras fomentan la bebida mediante campañas publicitarias, bajo la responsabilidad exclusiva del individuo, y prometen cambios ficticios en la vida de quien lo consume,
Si bien en los medios de comunicación prevalece el factor comercial, en la familia y en el colegio no tiene porque desconocerse este azote social.
Es responsabilidad del Estado, simultáneamente con los padres, sistema educativo terminar con las actitudes permisivas referente al alcohol en los jóvenes.
El consumo de alcohol se asimila desde la niñez y desde la adolescencia se asocia a estados de desinhibición, comunicación y diversión, hasta tal punto que el hecho de salir, divertirse y tomar alcohol se convierten en sinónimos muchas veces estimulados por los encargados de instruir y enseñar.
Los jóvenes de 13 años en adelante, son hoy en día, uno de los grupos que más consumen alcohol. El alcohol es llanamente y sin más una droga.
El término droga tiene una connotación específica, para aludir a aquellos fármacos no medicados o sustancias cuyo consumo afecta el sistema nervioso central, sustancias psicoactivas, las cuales unidas a situaciones de alto riesgo, o marginalidad social, producen en el consumidor efectos lesivos para la salud, el comportamiento y la convivencia social.
El alcohol es la droga más peligrosa para la salud, la personalidad y la convivencia social.
El uso de drogas comporta incontestables riesgos sobre la salud, la estabilidad emocional, las relaciones plenas con los demás, la autorrealización, el estudio, puede provocar enfrentamientos y problemas graves con la familia, la pareja, los amigos o la justicia.
El profundo malestar social conduce a buscar el alcohol como el acceso hacia otras formas de vida que permiten experimentar lo que la vida diaria no proporciona. Los jóvenes creen que en el uso del alcohol se encuentra el sendero a un mundo mejor, lleno de efímeras sensaciones o bien es el escalón para llegar a la vida adulta.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com

 

19 de Julio de 2012
AMIGOS
OPINIÓN

El 20 de julio se conmemora el día del amigo. Lo recordábamos en una reunión de varios, mientras tomábamos mate. Uno se acordó de Atahualpa, que había definido: el amigo es uno mismo en el cuero de otro. Se agregó que ese concepto no es original de Atahualpa, sino que nos viene de Aristóteles; lo que de ningún modo es un reproche a don Ata sino un elogio, porque hace muy bien el poeta al transmitirnos conceptos de la tradición griega, tradición conservada por la cristiandad y que es legítima herencia del pueblo criollo.
Una señora hizo el elogio del festejo desde el punto de vista de que no es un invento del comercio con el palmario propósito de aumentar sus ventas, no: el día del amigo tiene fecha fija, el 20 de julio, y no está dependiendo de los sueldos recién cobrados ni de fomentar la salida de los productos que se van quedando viejos sin salir de las estanterías (o de las góndolas) ni especula con las vacaciones escolares; lo han instaurado los norteamericanos en recuerdo del primer viaje a la Luna, la constante y fiel amiga de la Tierra; amiga consecuente, invariable, perseverante; excelente ejemplo de amistad.
Otro de la rueda se entusiasmó con este concepto; no sabía que la inspiradora del festejo era la amistad de la Tierra con su compañera Luna; agregó que entonces lo que debiera conmemorar el día no era al amigo, sino más bien al amor, pues la Luna es la eterna enamorada de la Tierra, como lo muestra manteniéndose siempre en su entorno y mostrándole invariablemente la misma cara, como si estuviera embobada en su contemplación, deleitándose de su perpetua compañía.
Entonces la viejita que nos cebaba mate intervino para sujetar esa expansión del entusiasmo.
No – dijo – La Luna no es el amor sino sólo la amistad. Una característica inseparable del amor es la de ser productivo, la de fructificar. ¿Cómo va a ser amor una compañía que nunca se multiplica en hijos? El amor, verdadero amor, da frutos. Las otras relaciones pueden ser muy placenteras, muy gustosas, muy deleitables, pero no son amor, lo que se dice amor, verdadero amor.
Todos los presentes asentimos. No se había incorporado a la rueda ninguno de los que llaman amor a cualquier relación pecaminosa.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com

17 de Julio de 2012
EL JUEZ OYARBIDE
Y SU ANILLO
OPINIÓN

La discriminación es necesaria. Sí, muchas veces no sólo necesaria sino también indispensable y buena, justa. Tengo que limpiar un jardín. ¿he de arrancar todas las plantas para tirarlas o he de discriminar cuáles son bellas y merecen quedar como adorno, y cuáles simples yuyos que tapan a las otras y acaparan las fuerzas del suelo? si se tratara de un campo de cultivos, ¿no sería mi obligación discriminar el trigo, capaz de producir el pan para los hombres, de la cizaña que le disputa los nutrientes de la tierra? Si he de trabajar un bosque, ¿correspondería que lo tale indiscriminadamente, o que discrimine las plantas que ya han llegado a su pleno desarrollo?
Discriminar las cosas, unas de otras, es razonables, naturales, justas, necesaria. y si es necesario discriminar tratándose de simples plantas, ¿no será también bueno discriminar en la justicia quiénes estarán en condiciones de desempeñarse como jueces? ¡Pues es claro que sí! y las leyes, atendiendo al sentido común, ya han dispuesto abundantes discriminaciones.
Primera: no cualquiera puede ser juez, necesita el título de abogado. Conocemos hombres inteligentísimos, sabios, honestos, justicieros, pero que no son abogados. La ley los discrimina: no pueden ser jueces. Y parece que la experiencia avala este criterio. Los que no sean abogados, ¡afuera!
El juego es una actividad lícita. No sólo es lícito sino promovido por el estado, que encuentra en él una fuente de recursos. Todos podemos ir a la timba sin que la ley nos acuse por eso. El comercio no sólo es lícito sino benéfico, tanto que el estado ha creado organismos para dirigirlo, difundirlo y fomentarlo. De modo que todos los ciudadanos tenemos derecho a ser comerciantes y timberos. Y sin embargo la ley orgánica de la justicia nacional establece (artículo 9°) que la magistratura judicial es incompatible con el ejercicio del comercio, y que a los jueces les está prohibido practicar juegos de azar. Es decir que la ley discrimina: hay actividades lícitas, que cualquiera puede ejercerlas, pero los jueces no.
Y está muy bien que así sea. El juez no puede ejercer actividades autorizadas a otros simplemente porque él es juez. Se procura que el juez sea íntegro, incorruptible, y -para afianzar esa integridad- que no pueda ser víctima de presiones. El comerciante, el jugador, tratan cuestiones de dinero con gente que puede pretender que “favor con favor se paga”. El juez no puede estar sujeto a esos peligros. Por eso la ley discrimina.
La ley no especifica si homosexuales, travestis y prostitutos pueden o no pueden ejercer la magistratura. Simplemente dice que a los jueces les está prohibido “ejecutar actos que comprometan la dignidad del cargo”.
Que un juez sea filmado mientras fornica dentro de un prostíbulo rufianesco, ¿no compromete la dignidad del cargo? No digamos que fornica sino que “hace el amor”, y al prostíbulo llamémosle “escuela”, ¿no queda la libertad del juez más comprometido que la del que concurre a lugares destinados a juegos de azar o la del que compra y vende algunas baratijas? máxime si además se regala un anillo de diamante que le costó U$S 250.000, lo hace público y con su glamorosa joya se va de vacaciones a punta cana, presumiendo con su juguete nuevo.
Hay discriminaciones que son buenas y sabias. Los jueces no pueden dedicarse a actividades que son lícitas y permitidas a todos los demás.
El juez está obligado a mantener su dignidad y su independencia de criterio, y lo que amenace a esos dos valores -dignidad e independencia- es motivo suficiente para que se lo discrimine del cargo.
Por último existen discriminaciones naturales que son insoslayables, Máxime cuando se trata de jueces federales con casos de enorme trascendencia en la vida de la República.
DR. JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com



16 de Julio de 2012

POLÍTICA.
ÉTICA, MORAL Y CASUÍSTICA
OPINIÓN:

Generalmente las unimos, hacemos de la ética y de la moral una misma cosa, lo que está bien si con estas palabras sólo queremos señalar un comportamiento como el que se espera de alguien honorable. Conviene, sin embargo, distinguir qué es la ética y qué es la moral para analizar mejor sus alcances, sus implicancias.
Ética y Moral
La ética es una parte de la filosofía. Fundamental, puesto que trata de las obligaciones del hombre, de su conducta, acorde a la razón y con el objeto de convivir en una sociedad armónica, en la que todos puedan cumplir con sus deberes naturales. Hablamos de filosofía y comprendemos que nos adentramos en un terreno difícil, ámbito de la razón; de hecho, hay filósofos, grandes filósofos, de magnífica sabiduría y profundidad, que disienten entre sí, que no se ponen de acuerdo, un campo en el que unos niegan el andamiaje argumental construido por otros. ¿Puede pensarse, entonces, que la ética es inútil, ya que los filósofos no llegan a resultados rotundos, apodícticos, innegables, como los de las ciencias físicas y matemáticas? No es así, porque las discrepancias se refieren, por lo general, a aspectos de menor incidencia en la práctica, y todos los filósofos -todos los de la civilización occidental y cristiana- coinciden en lo fundamental sin dejar dudas en cuanto a las aplicaciones.
La moral, en cambio, no es ciencia sino su ejercicio, el empleo de las buenas costumbres, de las prácticas de quienes son considerados virtuosos en una sociedad. Un ejemplo: la ética señala la virtud de la monogamia. El presidente Clinton en su momento se ha apartado de esa virtud al tener relaciones que él llama impropias; correspondería llamarles inmorales, ya que transgreden los principios sustentados por la sociedad a la que pertenece. Lo mismo que hace Clinton, en otra sociedad, por ejemplo entre musulmanes que aceptan varios matrimonios simultáneos, hubiera sido bien visto, se hubiera considerado moral, de haberse realizado a la vista, sin ocultaciones. La moral musulmana lo hubiera aprobado (si no lo hacía a escondidas); la ética lo rechaza.
Los principios de la ética son obligatorios para todos y en todas las circunstancias. Sí, es cierto que la ética condena el robo, y que el robo se justifica en determinadas circunstancias de hambre, de necesidad imperiosa; no se debe matar, aunque se pueda hacerlo en defensa propia, de la madre, de la mujer, del hijo, de la patria. Es muy malo mentir, y sin embargo el médico con toda tranquilidad le miente a un enfermo desahuciado para sostenerle el ánimo. Aunque, en general, las obligaciones sean para todos y en todas las circunstancias, los casos que justifican el abandono, la suspensión de la norma, han sido muy bien estudiados y puntillosamente expuestos por la teología moral. Pero hay quienes están más comprometidos. En razón de su oficio, están más comprometidos que los demás a cumplir las normas. Es el caso de los políticos, obligados a ser veraces, honestos, fieles cumplidores. Si pueden hacerse distingos entre las obligaciones morales de un político y las de un ciudadano común, es que el político está mucho más obligado que otros. el simple ciudadano tiene que atender sus problemas personales, en cambio el político atiende los asuntos de toda la sociedad; si uno cualquiera echa una mentirilla habrá, quizás, algunos pocos perjudicados; cuando el político miente es toda una comunidad la afectada; si un individuo roba, coimea, defrauda, se queda con un vuelto, aplica medidas en su propio provecho, dañará a sus patrones, sus subordinados, sus socios, en cambio los políticos pueden, con las artimañas que idean para quedarse con dineros ajenos, perjudicar el comercio, el desarrollo, el trabajo, el intercambio internacional de una comunidad entera. (Por supuesto que no voy a dar datos de los grandes daños sufridos por la nación a causa de las estafas de los políticos, porque no tengo pruebas, pero todos sabemos a qué me refiero).
Por eso el político debe ser juzgado con muchísima mayor severidad que los que se dedican a otras actividades. Está en boca de todo el concepto de que nadie es culpable mientras el juez no lo condene. Está bien, así debe ser, pero sólo en materia criminal, cuando se acusa de delitos. Las inmoralidades, como la mentira, el engaño, el aprovechar la ignorancia, la buena fe o el descuido de los demás, no son delitos tipificados por el código, por lo tanto nunca un juez va a condenar esas faltas.
Sostener que alguien es inocente porque la justicia no lo condene conduce a un error que desgraciadamente se generaliza: los inmorales, los que transgreden las normas de corrección, son culpables, muy culpables, nada más que la sociedad ha establecido penas para los que cometen delitos y no para los inmorales, ni menos para quienes apliquen preceptos de una ética ajena a la sana doctrina. El que se siente inclinado a largarse por un mal camino puede razonar: ¿por qué no voy a hacer esto yo, si legisladores, gobernadores, presidentes, ministros, hacen cosas peores? y más aún: si la moral se funda en las conductas que son bien vistas, aceptadas, valoradas por un medio social, ¿ese medio no se expone a que su moral decline, se corrompa, se pervierta, por culpa de los malos ejemplos que desde arriba dan los políticos indecorosos? El individuo de cualquier oficio que no siga los dictados de la ética, corre el riesgo de que a su alma se la lleve el diablo. El político que tenga una conducta igualmente mala, además de ser llevado por el diablo bien se merece la condena, la reprobación, el vituperio, la censura de toda la sociedad, porque sus faltas contra la ética afectan a la moral de su medio. Se crean departamentos estatales con el objeto de vigilar la aplicación de las normas éticas en la vida pública. Por la naturaleza de la materia no debiéramos ilusionarnos en cuanto a sus resultados. La ética, por ser sabiduría, tiene su ámbito adecuado en universidades y academias. Los organismos burocráticos podrán, sí, ejercer alguna vigilancia sobre los aspectos en que las incorrecciones se extienden hasta el campo de la delincuencia. y nada más. Las faltas que quedan al margen del delito, libres de la incumbencia de la justicia, eran condenadas por la religión; la sociedad moderna, que rechaza lo religioso como cartabón de lo bueno y de lo malo, tropieza, de entrada, en cuáles serán las normas que servirán para juzgar las conductas. Ha cundido el criterio de que sólo lo delictivo es condenable, así que se corre el peligro de considerar como aceptables todas las inmoralidades que no se hubiesen tipificado como delitos. El pueblo desea una sociedad austera, decente, limpia, honesta. En la lucha por ella no debe declinar la vigilancia en órganos burocráticos que se muestren como vigilantes de la ética. Sería fatal. Lo único que podría dar resultados es que ese mismo pueblo vigile la moral de sus políticos y los condene con energía y severidad. Por los delitos, si los hubiere, sí, que intervengan los jueces y que actúen como sea su deber; pero por las inmoralidades, sobre las que la justicia no tiene jurisdicción, debe ser el pueblo, la opinión pública, la que se pronuncie cada vez que haga falta y con todo el rigor correspondiente. Los curas, por su obligación de recibir confesiones, estudian -o estudiaban, no sé ahora- teología moral, que es la aplicación de la teología, la ciencia que trata de Dios, al orden de las acciones humanas. Hay muchas cuestiones que están en el límite de lo bueno y de lo malo, de lo admitido y de lo rechazado, de lo moral y de lo inmoral. El cura, para exigir un arrepentimiento, o para absolver puesto que no se obró indebidamente, estaba obligado a aplicar la casuística. La casuística es, simplemente, la aplicación de los principios morales a cada caso concreto. Es malo robar; sí, de acuerdo; pero está permitido robar en caso de ser indispensable para salvar la vida, para no morirse de hambre; también hay un acuerdo general y coinciden los juristas con los moralistas. pero morirse de hambre es una expresión medio ambigua, que da pie para muchas situaciones intermedias: uno está muerto de hambre porque hace cuatro días que no come y se siente desfallecer, y otro está muerto de hambre, simplemente porque han pasado dos horas de la hora del almuerzo habitual y el cuerpo está pidiendo comida; evidentemente la norma que vale para el primer caso no vale para este otro; pero, en esta segunda situación, está el padre de un chiquito que hace dos horas que no come, no corre peligro de morir de inanición pero el hambre lo hace llorar desesperado; entonces, ¿el principio no vale también para este padre del hijo lloroso, a pesar de que no corran riesgo la vida ni la salud? La casuística se ocupa de analizar estas situaciones intermedias. Ha sido desvalorada, despreciada, denigrada por acusársela de complaciente, de que siempre encuentra el argumento que justifique que -en este caso especialísimo- sea lícito apartarse de la norma general. El término casuístico en la actualidad se aplica con desprecio a sólo lo que se ocupa de detalles baladíes eludiendo el fondo de las cuestiones. Y es una lástima que sea así. Al no tratarse en público, ésta pasa a ser sólo materia de la conciencia de cada individuo, y cada uno es más complaciente de lo que los principios éticos y las normas morales exigen para un buen orden de la sociedad. No sé, no me consta, no tengo bases ciertas para afirmarlo, pero pienso que la enorme mayoría de los coimeros se sienten justificados, porque en su caso particularísimo la coima “no hace mal a nadie”, porque la coima “es una norma general” en el medio en la actividad de que se trate, porque al producto de la coima “lo va a destinar a altos principios del partido que no tienen otra fuente de financiación”, porque se trata de “esta única vez para tener una base que le permita no tener tentaciones mayores en el futuro”. En fin: los coimeros tienen muchísimas formas de absolverse a sí mismos y por eso se generaliza esta conducta corrupta, en tal medida que corrupción y coima tienden a identificarse y a aparecer como inevitables en el mundo moderno. la casuística, tratada en público, analizada en las universidades, tendía a evitar que cada cual se justificara con los argumentos con que acalla su propia conciencia. El mundo moderno, que a la casuística la desestima, la desecha o por lo menos la mira con indiferencia, ve esta proliferación de conductas inmorales que hasta le encuentran justificativos a la inmoralidad pública y colectiva. ¿Quién no ha oído decir “prefiero gobiernos que roben pero que hagan obras, ya que para coimear necesitan tener obras en marcha”? ¿Puede darse el bien común teniendo al robo como motor de las acciones? De la escuela se espera que prepare a los chicos para desempeñarse en la sociedad. El general Belgrano, en el reglamento que preparó para las escuelas que se crearían con su donación, prescribe que los alumnos no sólo tendrían clases de religión, sino que el maestro también instruiría sobre las obligaciones del buen ciudadano. En las escuelas siempre se han dado clases de moral, aunque en muchos períodos la moral haya sido rebajada al simple rango de urbanidad. Debiera la escuela preparar a los alumnos con normas de ética y difundir conceptos y ejemplos de moralidad. Para acceder a ciertos trabajos se debe contar con el ciclo primario cumplido, terminado, completo. El alumno no completa ese ciclo, aunque él no tenga la culpa, pero recibe una instrucción muy retaceada; pero la escuela le otorga el certificado de que ha cursado estudios completísimos. Entonces, el día de mañana, cuando ese alumno sea un falsario, un tramposo, un estafador, y se le pregunte ¿cómo se ha corrompido usted? él, ajustándose a la verdad, podrá decir: a mí la escuela del estado me ha educado en la corrupción, me ha enseñado a ser corrupto, me ha dirigido a obtener un certificado de aprendizaje sin haber recibido la enseñanza correspondiente. Por eso digo: la moral nos obliga a todos, pero nos obliga más a los políticos. El deficiente manejo de los instrumentos del estado -que es comprensible, ya que tiene múltiples razones, como la escasez del presupuesto- lleva a que el propio estado se convierta en corruptor.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com

11 de Julio de 2012
MANO DURA O BLANDA
DELINCUENTES
OPINIÓN:

Siempre está latente la preocupación por la inseguridad. Muchos delitos quedan impunes. Algunos hablan de "mano dura". Personal­mente, considero que debe­ría mencionarse la Justicia, y no a la severidad, o la dureza.
El mismo general José de San Martín habló de la ne­cesidad de dureza contra el desorden. Es claro, la so­ciedad quiere el orden; pa­ra lograrlo, hace falta repri­mir la delincuencia.
Todos, o casi todos, coin­cidimos en que se debe combatir la transgresión.
Quienes cometen críme­nes deben recibir una san­ción ejemplar, que disuada a los demás.
De los delincuentes, unos pocos se descubren y san­cionan con la pérdida de su libertad; esos convictos, en­tre rejas, despiertan conmi­seración, de modo que las leyes prevén alivios a sus si­tuación: reducción de penas por buena conducta (buenas conducta de quienes no tienen más remedio que por­tarse bien), visitas especia­les de sus familiares (que permite al condenado no privarse de agrandar su fa­milia), detención por sólo unas horas diarias, que dan al re­cluso la oportunidad de practicar alguna industria lícita; o en casos recientes internaciones en sanatorios a encartados cabeza de mafias con prisión preventiva efectiva (los Ale en Tucumán).
Entre las amas de casa prima el criterio de aplicar una severidad suficiente­mente rigurosa para disua­dir de cometer crímenes.
Entre los políticos, la cle­mencia, la sensibilidad, la suavidad unida a veces a una consideración econó­mica: si se anticipa la liber­tad el presupuesto se bene­ficia con el alivio.
Es un tema tan discutible que los partidos políticos no se atreven a hacer de él banderas electorales; y en la mayoría de los casos se ma­nifiestan sólo en favor de una genérica justicia que no se comprometa a aplicar ningún rigor ni demasiada indulgencia.
Se conmueve la sociedad, la opinión pública, cuando por benevolencia son bene­ficiados autores conocidos de crímenes aberrantes y en especial en nuestra provincia – Tucumán –, en donde se ventila un juicio emblemático que pudo realizarse al intervenir la Corte Suprema de Justicia de la Nación, después que en todas las instancias no se hiciera lugar a la peticiones de la querellante Susana Trimarco representante de la hija menor de la secuestrada y desaparecida Marita Verón. Me refiero a la causa en donde la victima apuntada fue forzada por una inconcebible red de proxenetas y trata de personas. Es incuestionable y evidente la existencia de mafias que actúan con absoluta impunidad.
Al tomar estado público , con la ayuda del periodismo, ante la lucha de una madre como parte, acompañada además por una sociedad que protesta contra la impunidad, existe la esperanza de que los delitos se descubran y caigan los acusados bajo el peso de la Justicia.
No se ve el modo de corregir esto, salvo que el caso adquiera trascendencia inusitada.
Así como los romanos decían “la ley es dura, pero es la ley”, el sistema actual contesta: “la ley es blanda, pero es la ley”.
Esa preocupación impul­só la reforma de distintos códigos de procedimiento en lo penal, para servir a las necesida­des comunes. Seguramente al corregirse o modificarse los digestos procesales, es necesario recor­dar a la sociedad que se deben acatar sus nor­mas, bajo un sistema que disua­da a quienes se resistan a ese derecho; que para disuadir, el rigor – y hasta cierta du­reza – son indispensables.
Y que esa dureza la jus­tifica la necesidad del orden y también, el antecedente de haber sido propuesta por el criterioso e ilustre gene­ral San Martín.
El delincuente es un indi­viduo que, por supuesto, merece la consideración a su condición de ser huma­no.
Pero un exceso de defen­sa a los delincuentes pone a la ciudadanía en general en estado de indefensión.
Las víctimas y sus familiares necesitan la contención de las leyes y de nuestros Códigos de procedimiento ya que también ellos deben tener acceso a elementales derechos humanos.
Basta de impunidad.
DR. JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com

10 de Julio de 2010
DISCRIMINACIÓN
SIGNIFICADO
OPINIÓN

El verbo "discriminar"... es nuevo... la academia lo incorpora a su diccionario de 1925 como regionalismo de la Argentina y Colombia, y recién después se integra al caudal de la lengua general. En su sentido más directo significa, separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra. Vale decir que la discriminación es la facultad de la inteligencia humana; el que piensa discrimina; discriminar es propio de inteligentes. En cambio “discrimen” es término arcaico, proviene del latín y significa riesgo, peligro inmediato. Pero pareciera que el viejo discrimen le ha pasado su sentido malo, amenazador y expuesto, a la tan límpida, necesaria y útil discriminación. De tal modo que si se habla de discriminar, muchos entienden que es un pecado espantoso, una aberración una afrenta a los derechos humanos.
Si en un grupo de alumnos fueran unos ciegos y otros sordos, seria excelente discriminarlos, enseñándoles a unos música y a otros pintura. Lo contrario, empeñarse en que todos aprendan lo mismo – o que ninguno aprenda nada – no sería nada discriminatorio pero bastante estúpido.
Se condena la enseñanza de la religión con el simplísimo argumento de ser discriminatoria. Es claro que discrimina. Eso es lo que tiene de bueno. Discrimina por que da enseñanza a quienes la aceptan y a los chicos cuyos padres la rechazan no se les enseña. La naturaleza les ha dado a los padres la función de educar a los hijos. A ellos les corresponde la educación por derecho natural. El estado también puede entremeterse, pero solo para suplir las fallas de los padres, su falta de tiempo o de condiciones y para fijar los contenidos mínimos de ciertas profesiones. La iglesia está obligada a interesarse por que el señor al fundarla le ordenó: “...id y enseñad a todas la naciones...”. De allí que en los hechos fuera la organizadora de la enseñanza pública de los niños y a su sombra en la edad media surgieran las universidades.
Lo verdaderamente aberrado es que se pretenda conocer la historia y la cultura de este mundo ignorando la religión, que la ha nutrido de principios y que – defendida o atacada – ha estado en la raíz de conflictos, debates, polémicas, redenciones.
El 4 de mayo de 1946 el cardenal primado de Hungría, José Mindszenty, presentó un lúcido reclamo a fin de que se enseñe religión a los chicos. Los soviéticos empeñados en que la religión se ignorase, lo rechazaron. En aquellos tiempos los niños argentinos gozaban la libertad de aprenderla en las escuelas, los que quisieran. Los otros no. luego no se discriminaría: que no la aprenda nadie ¡y listo ¡
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
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4 de Julio de 2012
INDEPENDENCIA
9 de Julio de 1816
OPINIÓN

El 9 de julio de 1816 el Congreso declara nuestra libertad e independencia de los reyes de España, sus sucesores, su metrópoli, y en seguida se agrega “y de toda otra dominación extranjera”.
No es que entonces ya fuéramos libres e independientes. Al contrario, se pasaba un momento crítico de la política, con las provincias más ricas y pobladas gobernadas por los realistas, y del resto la mayor parte -el Paraguay, la Banda Oriental, las Misiones y las provincias litorales- segregadas, apartadas, desobedientes a la autoridad del Congreso. Es decir que los congresales no celebran un triunfo, sino que plantean un duro y difícil objetivo político, tan deseable que se ve como justo, lícito y natural que tras él se derrame la sangre de nuestros soldados.
Alcanzar la independencia política y una libertad económica han sido anhelos largamente perseguidos; varias veces entrevistos como próximos, al alcance de un esfuercito más y de un esclarecimiento en el planteo de los problemas. En otras ocasiones no sólo parece imposible lograr la libertad y la independencia sino que una numerosa parte de los argentinos estima preferible renunciar a ellas; renunciar o venderlas, dándolas a cambio de alguna ventajita económica, un plato de lentejas, por ejemplo.
De modo que si hoy se planteara, como en 1816, luchar por la libertad y la independencia, el objetivo parecería demasiado lejano, extremadamente difícil, ajeno a las apetencias y los anhelos de los argentinos de hoy, que más bien se interesarían porque el plato de las lentejas no fuera demasiado playo, sino más bien hondo; nada más.
Pero aquel 9 de julio, independientes o no, comenzamos a constituir un Estado, asumimos la seria responsabilidad de organizarlo y de administrarlo. El Estado, en aquellos momentos, tenía aspectos en que era aceptable, que no necesitaban revisión y que no eran motivo para plantear la revolución ni la separación de la metrópoli. La administración de justicia era satisfactoria, en manos de los cabildos y de las audiencias, instituciones prestigiosas que funcionaban en forma solvente. Ese no era argumento para hacer la revolución.
Pero hoy, pasados los años, los argentinos no contamos con una administración de justicia que resulte satisfactoria. Pareciera que al organizar un Estado independiente los argentinos hubiéramos fracasado en lo más elemental; que en vez de mantener el buen funcionamiento de instituciones fundamentales, las fuéramos deteriorando cada vez más. Para llegar, en una progresiva decadencia, a una situación caracterizada por la existencia y la actuación de pandillas sin provocar violentas reacciones de la ciudadanía. Como si los argentinos nos hubiéramos amansado, llegando a comprender que es inevitable que la sociedad sea manejada por mafias, por la transgresión, por organizaciones que tienen poder y que son impunes, pues escapan a las sanciones, y frente a ellas la justicia parece carecer de los instrumentos necesarios para investigarlas y para controlarlas.
Parecería muy desesperada, muy desalentada y patética la situación. Hasta que numerosos hechos aberrante y de corrupción viene a poner en evidencia que los argentinos si podemos reaccionar, tenemos energías para reclamar justicia, somos capaces de interesarnos por los problemas públicos no sólo los días de comicios sino también cuando se afectan los grandes valores de la sociedad, como son la seguridad pública y la administración de justicia. Si de las movilizaciones practicadas a la que gran parte de la comunidad ha respondido en forma vigorosa y con ánimo alentado surge -como todos esperamos- la evidencia de que las mafias nos son indemnes al poder del Estado sino que caen, como es justo, bajo la vigilancia y la corrección de la justicia, se vendría a demostrar que aquellos congresales de 1816 no estaban tan errados. Habrá libertades e independencias inalcanzables, o que no atraen ni interesan a una sociedad moderna, pero no se habrán equivocado al pensar que podíamos organizar el Estado; un Estado con una justicia tan capaz, independiente y eficaz, por lo menos, como la que teníamos en 1816.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
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26 de Junio de 2012
SAN JOSÉ MARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER
– FUNDADOR DEL OPUS DEI –
OPINIÓN:

En estos tiempos aciagos, cuando vemos que la Argentina no es una excepción en el fenómeno de la corrupción que se propaga por todo el mundo, corrupción que aflige no sólo por la amplitud de su generalización sino por los altos niveles en que se la vé campear, me permito proponer un homenaje y un reconocimiento que traiga un hálito fresco, puro y esperanzado, un homenaje a un sacerdote que supo crear una obra adecuada para estos tiempos de zozobra, un homenaje a José María Escrivá de Balaguer.
Escrivá, nacido en la aragonesa provincia de Huesca en 1902, tuvo la suerte de recibir una educación cristiana con los escolapios, aquella orden creada por san José de Calasanz para que enseñaran a los niños, y que se especializaron en difundir la doctrina y las ciencias a los “chicos de la calle” a los que procuraban amparo. Con esa firme enseñanza básica, que luego amplió en las universidades de tal manera que pudo enseñar filosofía, ética y derecho romano en las universidades de Madrid y de Zaragoza, Escrivá se ordenó sacerdote y aceptó la obligación que todos tenemos de buscar la santidad. ¿Cómo buscar la santidad en estos tiempos conflictivos y de trabajos agobiadores? Pues, se inspiró en la primera epístola de san Pablo a los corintios, que enseña que Jesús para salvarnos no quiere sacarnos de nuestro sitio, “sino que lleva a que cada uno cumpla las tareas y deberes de su propio estado, de su misión en la Iglesia y en la sociedad civil con la mayor perfección posible”.
Y eso se propuso. Que continuáramos con nuestras tareas civiles cumpliendo con las responsabilidades de hijos, de padres, de esposos, de trabajadores, y que a esa acción cotidiana la realicemos teniendo presente en la conciencia que somos hijos de Dios, y que las mismas tareas sean el medio por el que nos elevarnos a la santidad.
Para eso creó su obra, el Opus Dei, corporación que no pretende sacar a nadie de su sitio “sino que lleva a que cada uno cumpla las tareas y deberes de su propio estado con la mayor perfección posible”. De tal manera “que las cosas de siempre adquieren un nuevo sentido por el compromiso contraído de hacer de toda circunstancia humana un encuentro con Dios”.
Y tal fue su tesón y la claridad de su enseñanza que en el cambalache de este siglo XXI Escrivá encontró numerosos seguidores, laicos que manteniéndose tan laicos como cualquier otro se incorporaron a su prelatura que tomó el compromiso de ofrecer asidua formación doctrinal, espiritual, ascética y apostólica. Una obra especial para este mundo moderno, pero no modernista, como que, creada en 1928, fue aprobada por Su Santidad Pío XII, quien opinó que Escrivá de Balaguer era “un hombre enviado por Dios para nuestro tiempo”.
Monseñor Escrivá, creador y director del Opus Dei, murió el 26 de junio de 1975. Para entonces su obra contaba con sesenta mil miembros de ochenta nacionalidades distintas, distribuidos en los cinco continentes. Hoy, pasados veintitrés años, en lugar de decaer se mantiene vivo, fresco y con notable lozanía, como que se le han unido entusiastas adeptos en el este europeo, sobre todo en Polonia, y también en el África y en la China.
Después de muerto – vivo en el corazón de sus fieles- monseñor Escrivá nos da un motivo de alegría: en este mundo caracterizado por la avasallante corrupción también hay obras, inspiradas en un ideal espiritual y religioso, con devoción a la Virgen María y a San José, que por medio del ascetismo y la conciencia de ser hijos de Dios, hacen del trabajo una cotidiana ofrenda y se proponen ser “sembradores de paz y alegría por todos los caminos de la tierra”.
Que así sea.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com



25 de Junio de 2012
FUEROS Y DISCIPLINA
OPINIÓN


Por un cierto descrédito que sufre la clase política se ha generalizado cuestionar la existencia de los fueros, de las inmunidades que protegen a los legisladores para que no caigan bajo la acción de la justicia salvo el caso de ser sorprendidos en flagrante delito.
En realidad esas inmunidades son necesarias en razón de la libertad de la que deben gozar los que participan en la confección de las leyes. No es una novedad de la Constitución actual sino una viejísima práctica, que viene de las cortes castellanas que se instituyeron en la Edad Media, integradas por representantes de la nobleza, del clero, del pueblo llano, de las universidades y de los municipios; aquellos legisladores ya contaban con garantías para no ser molestados por la justicia del rey. Y era preciso que fuera así, pues para ser vocero de su clase, de su estamento, el representante debe verse libre de cualquier presión que pudiera ejercerse sobre él. Entre nosotros así lo entendió la Soberana Asamblea del Año XIII, que a poco de comenzar sus funciones dispuso que sus miembros serían inviolables, es decir -lo aclaró ella misma- que no podrían ser aprehendidos ni juzgados sino en los casos y términos que la misma Soberana Corporación determinará.
Que los legisladores estén libres de presiones -hasta de la que podría ejercerse por medio de una justicia adicta- es una prueba palmaria de que les corresponde actuar con total libertad. Las comunidades a través de los siglos así lo han dispuesto, y así lo han entendido los autores de todas las constituciones. Si una ley resultara mala, perjudicial para la comunidad, los legisladores podrían argüir que la hicieron así por estar sometidos a presiones. Sería inadmisible; la sociedad no quiere eso. Y así es que para evitar que quienes legislarán pudieran ser presionados, gozarán de completa inmunidad en sus personas desde el día de su elección hasta que cesen en sus funciones, como dice el artículo 59 de la Constitución, aunque -por ciertos casos desgraciadamente ocurridos- estos fueros resulten antipáticos a buena parte de la ciudadanía.
De lo expuesto surge la amplia libertad que las constituciones han buscado dar a sus legisladores. ¿Es entonces ésta una libertad total, absoluta? Debe interpretarse que no, puesto que los legisladores son representantes del pueblo, por lo tanto su actuación debe responder a las directivas que sus mandantes les señalaren al elegirlos para el cargo. Ahora en nuestra provincia Tucumán -desde que le Legislatura se ha reducido a una sola cámara- empleamos el término legislador, adjetivo que empleamos como sustantivo y que sólo indica cuál es su función, la de legislar. Antes se usaba el término más expresivo de diputado, participio pasivo del ya casi olvidado verbo diputar con el claro sentido de señalar o elegir a alguien para que cumpla una determinada función, una tarea que se le encomienda, una misión. Se entiende que el que haya sido diputado por el pueblo para ejercer su representación estará moralmente obligado a guardar fidelidad a las promesas que hiciera a la ciudadanía antes de ser electo, es decir a cumplir con obediencia, con sumisión, con disciplina, los proyectos que sirvieran de programas. Aquel que hubiese prometido actuar con dignidad, por disciplina deberá cumplir su palabra y proceder como lo prometió: en forma digna.¿ actuaran con dignidad nuestros Diputado?
DR. JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com



24 de Junio de 2012
DISCAPACIDAD Y RELIGIÓN
OPINIÓN

Todos estamos obligados a socorrer las deficiencias físicas, congénitas o adquiridas, de nuestros semejantes. Es un deber de solidaridad, exigido por la naturaleza.
Lo sentimos en forma inexcusable con respecto a nuestros familiares, por más que a veces se conviertan en una carga y nos ocasiona esfuerzos, molestias, sacrificios más o menos onerosos.
Aun cuando no tengamos responsabilidad sobre la suerte del otro, la religión nos impulsa hacia él por el mero hecho de ser prójimo, con el que nos une la caridad. En el uso corriente, la caridad suele confundirse con la limosna y así se rebaja a protección humillante la más excelsa de las virtudes, la que expresa el señorío del hombre sobre el dolor y la suerte.
Y, más allá del plano afectivo, en el de la estricta justicia, la recuperación de los minusválidos es un objeto del bien común, cuya custodia se confía a los gobernantes.
La incapacidad para realizar ciertas tares no les impide asumir otras con la misma eficacia que cualquiera, con lo cual, al mismo tiempo que se recupera un miembro de la sociedad, se beneficia a ésta con el aporte de fuerzas antes pasivas o gravosas.
La solidaridad con el dicho discapacitado, por lo tanto, no puede circunscribirse al concepto de la beneficencia, ni siquiera cuando lo incluya, pues está ligada al interés público y no es algo que se obtiene pidiendo sino algo que se tiene el derecho de reclamar.
Cuando el que recibe da, la idea de favor desaparece.
DR. JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@gmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com


21 de Junio de 2012

SI
Se Puede…
OPINIÓN

En un programa de televisión bailaban por un sueño persona con problemas con puntajes de sus jueces de ocasión que fue el anhelo de los demás participantes y el asombro del publico que miraba estupefacto. Miles de televidentes seguramente pensaban lo mismo y de sus gargantas acongojadas brotaban el famoso “si se puede”. Los concursantes con dificultades expresaron en público los obstáculos inconvenientes y obstáculos que tuvieron que soportar hasta lograr un sueño de ocasión.
Trato de imaginármelos ahora; entre la angustia, el dolor, la bronca, el rechazo. Desfilaron ante mis ojos los mismos sentimientos, los mismos miedos que tal vez tuvieron los padres de un niño con síndrome de Down o con problemas cualesquiera sea. Pero los que discriminan han olvidado algo muy importante: Una persona que necesita a la sociedad para que los inserte como miembros útiles que son, no pueden jamas entender de qué discriminación les hablan. A esos padres que hasta hace muy poco todo era perfecto, tampoco pueden ni deben olvidar que Dios les regaló un angelito y una luz en el hogar. No puede existir rechazo. Deben estar convencido al igual que una mayoría inimaginable que son seres humanos hechos a imagen y semejanza de Dios, con futuro sin límites, educados como debe ser, en el convencimiento de que son una persona con enorme posibilidad de desarrollo, digna de ser feliz, capaz de querer y ser querido, de vivir la vida y de pasar por ella y de convertirse en un ser humano completo, digno, libre y por sobre todo feliz.
Ya saben que su relación con él o con cualquiera no pasa por su coeficiente intelectual, ni por sus ojos rasgados, o sus manos o su cara, sino fundamentalmente por una relación de amor y a partir de ahí todo se puede. Comprenderán que aunque sus logros se harán esperar, igualmente llegaran y los colmará de felicidad.
Llegará el día en que se verán reflejados en sus hijos y se sentirán – como ahora –, orgullosos de tenerlos. Y comprenderán que el mundo no se acaba, no se detiene ni se derrumba a partir de una absurda segregación.
Para esos padres, familiares o amigos la desazón de una mala noticia o discriminaciones inconcebibles de una sociedad injusta no puede transformarse nunca en un tobogán hacia la amargura, porque en la tristeza jamás se podrá educar al ser querido en la búsqueda de su felicidad.
Solamente tienes un hijo diferente con una capacidad de percepción infinita, que la asimila por su forma de ser, por sus gestos, por sus acciones, por sus silencios y también por sus palabras.
Tienes apenas un hijo distinto, que debe ser igual a los demás. Se debe revalorizar los afectos a compartir y a generar nuevos sueños. Con el tiempo nos daremos cuenta que también al igual que ellos nos transformaremos en seres especiales.
No dejes que la sociedad subestime a tu hijo porque ya bastante lo hicieron con otros.
Padre, revalorízate a ti mismo y estoy seguro que les enseñaras con tu ejemplo. Olvídate de los "no" y profundiza todos los "si", para enseñarle a decir; se puede, se puede, se puede….-
Las palabras construyen el pensamiento por eso nunca digas: mi hijo es síndrome de Down, tu hijo tiene muchas virtudes para que lo definas por una limitación. El verdadero “poder” que nace del “querer” no radica en lo aparente, lo ostentoso, lo externo, Hay algo mucho más importante que tiene que ver con la fuerza interior. El verdadero poder surge de lo más profundo del alma de cada ser humano. Es aquella fuerza que nos hace afrontar los retos, levantarnos después de caer una y mil veces. Cada uno de nosotros tiene una historia diferente en el que factor común es el esfuerzo y la fe. La voluntad, esa facultad humana por excelencia debe ser nuestra aliada, nuestro sostén permanente. Con voluntad suplimos todas nuestras dificultades y siempre está allí “Tata Dios” que nos manda un cable. La voluntad, tesón para resistir, para emprender, para no cejar. Perseverancia y orgullo para demostrarnos que a pesar de todo, contra todo, podemos.“Arriba los corazones, siempre más allá”, si Dios nos toco es por algo, quiere mucho más de nosotros, no nos quedemos jamás en la mediocridad. Siempre es posible enfrentar a las adversidades y ganarle. Siempre es posible mejorar. Si se puede.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com



20 de Junio de 2012
BELGRANO
Y LA BANDERA
OPINIÓN:

Rindo un homenaje al General Belgrano, y lo ofrezco no sólo porque la mera marcha ineludible del tiempo una vez más nos coloque ante el hecho de un nuevo aniversario, sino por lo que de ejemplar tiene la figura del ilustre general Belgrano.
El gobierno de Buenos Aires, el Triunvirato, gobernaba con mezquino ánimo centralista, con el menguado propósito de defender sólo la pampa húmeda dejando desprotegido el amplio territorio que aquellos días todavía integraba nuestra patria. Las medidas económicas y la prepotencia porteña habían tenido el resultado de que fuéramos rechazados por las provincias altas peruanas, las de población más numerosa e industrial, y ese mismo gobierno porteño alentaba la invasión brasileña sobre la Banda Oriental, una provincia mucho más grande que la floreciente Buenos Aires. Y aquel gobierno ordenaba al general Belgrano que retirara sus tropas hacia el sur, dejando a Tucumán a merced de las tropas realistas. Pero el general oyó los pedidos de la población, comprendió el anhelo de los tucumanos de integrarse en la patria común y adoptó la responsabilidad -tremenda responsabilidad en un jefe militar- de desobedecer al gobierno civil e interpretar según su criterio los altos intereses de la comunidad. Bien hizo en desacatar a aquel gobierno al que pocos días después lo destituirá un grupo de jefes entre los que se destacaría el comandante de los granaderos, coronel José de San Martín.
Han cambiado los tiempos. Y mucho. Ahora la sociedad ya no vería con buenos ojos que el general de un ejército se insubordinara ante la autoridad política en defensa de derechos permanentes y superiores de la sociedad; tampoco se aceptaría que los comandantes de la milicia se conjuren para derrocar un gobierno civil, como ocurriera en Buenos Aires a los pocos días de recibir la noticia del triunfo de Belgrano y de los tucumanos. Han cambiado mucho. Para defender los imperecederos derechos de Tucumán a contar con sus industrias, con sus medios de vida, a no ser sacrificada en una negociación protectora de los intereses portuarios ya no basta con enclavar un facón en la punta de una tacuara, montar a caballo y largarse al combate implorando el amparo de la Virgen. Sí, las circunstancias cambian con los tiempos, y por lo tanto cambian las armas a esgrimir. Pero hay algo que subsiste: el egoísmo de gobiernos insensibles a las necesidades del interior que ven a Tucumán, que ven junto con Tucumán a todo el norte argentino, como una posesión propia cuyo destino puede traficarse en una negociación: “te permito que con tu azúcar subvencionada destruyas el medio de vida de varias provincias argentinas, a cambio de tu benevolencia al tratar los negocios del puerto importador”.
Por eso la conducta de Belgrano sigue siendo un ejemplo que Tucumán necesita. Las armas que él usara al alzarse contra un gobierno de egoísta centralismo ya no son aplicables; pero su criterio de defender con energía a Tucumán, a pesar de las órdenes recibidas, sigue siendo una lección a mantener y a perpetuar.
Las banderas se han originado en el mundo por necesidades guerreras. Diferentes razas, distintos pueblos, huestes enfrentadas han precisado símbolos que convoquen e identifiquen a sus individuos. Una larga evolución, desde los animales sagrados pintados sobre paños con que se reconocían tribus del antiguo Egipto, las águilas persas, los colores de las doce tribus de Israel, las palomas asirias hasta el monograma de Cristo pintado por Constantino en los emblemas romanos.
Una necesidad militar fue también la que le mostró a Belgrano la necesidad de enarbolar bandera propia, que muestre cuáles somos nosotros, de qué lado estamos, cuál es nuestro bando. Pero las banderas en todo el mundo -superando su primitiva función militar- han pasado a representar a las naciones. Todo un pueblo, todo un conjunto de individuos que aceptan una tarea a realizar en común y que aspiran a un común destino, que eso es una nación, se simboliza, se representa por medio de su bandera.
Belgrano enarboló bandera y tenía derecho a hacerlo: aspirábamos a ser nación y estábamos demostrando tener méritos para ese honor. Ahora los argentinos, desunidos, desalentados, parecemos no ser un pueblo capaz de organizarnos adecuadamente. Si a través de muchos años seguimos sin solucionar problemas cruciales, no estaremos mostrando la nación que merecemos y la de enarbolar con orgullo y en unión nuestra bandera nacional.
Las naciones tienen siempre un desafío por delante, la obligación de superar las dificultades que se presenten. Atendamos los reclamos que desde hace tiempo se plantean, les demos las mejores soluciones posibles y, entonces sí, nos sentiremos merecedores de celebrar a la bandera que nos identifica como nación.
La bandera, en sí misma, es una invitación a recordar el pasado, un pasado común, un pasado conjunto, un pasado de nosotros y de nuestros abuelos, que es el pasado de la patria, un pasado con hechos luminosos como fueron las gestas militares y cívicas de nuestros próceres, y también un pasado de dolores, con enfrentamientos entre hermanos, con luchas acerbas, con incomprensiones, con derrotas.
Los dolores, los errores, los desaciertos, los desencuentros, las derrotas, no deben olvidarse nunca, para que nos sirvan de lección que nos enseñe a acertar con el buen camino uniéndonos en la acción común. Triste sería que la patria se viera obligada a repetir siempre las mismas experiencias porque nosotros nos negáramos a asimilar las enseñanzas del pasado. Y al evaluar el pasado, entender que la bandera que nos cobija reúne en sí las mejores tradiciones, que nos empuja a procurar el bien de la patria.
¡Pobre sociedad si sus representantes analizaran los problemas cotidianos sólo con el mezquino ánimo de las ganancias inmediatas, olvidando que somos la continuación de una empresa -una empresa que la bandera resume y simboliza- que tiene un destino a cumplir para alcanzar el bien de sus hijos!
Y ahora como entonces aún podremos contar con el auxilio bienhechor de Nuestra Señora de la Merced, si lo solicitamos con fervor.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
loboaragon@hotmail.com
loboaragon@gmail.com



19 de Junio de 2012
BANDERA
Opinión

Se festeja el día de la bandera. No en el día de ella como en otros tiempos se dispuso para rendírsele el homenaje que le corresponde sino en la fecha que más favorece a la industria. El homenaje, acto de veneración, de respeto, de afianzamiento de la debida sumisión al símbolo de lo superior que la patria encierra, se supedita a los beneficios de una de las industrias especulativas. Buen ejemplo de las prioridades de una sociedad de consumo.
Y por eso mismo, porque la bandera ha decaído en la consideración cívica del sitial en que se erigía como motivo de conmemoración, sugiero que se le rinda el homenaje que corresponde. Alguien me dijo: “hay que rendirle homenaje olvidando todo lo pasado para una mayor unión de los argentinos”. Y creo que no debe ser así. La bandera, en sí misma, es una invitación a recordar el pasado, un pasado común, un pasado conjunto, un pasado de nosotros y de nuestros abuelos, que es el pasado de la patria, un pasado con hechos luminosos como fueron las gestas militares y cívicas de nuestros próceres, y también un pasado de dolores, con enfrentamientos entre hermanos, con luchas acerbas, con incomprensiones, con derrotas.
Los dolores, los errores, los desaciertos, los desencuentros, las derrotas, no deben olvidarse nunca, para que nos sirvan de lección que nos enseñe a acertar con el buen camino uniéndonos en la acción común. Triste sería que la patria se viera obligada a repetir siempre las mismas experiencias porque nosotros nos negáramos a asimilar las enseñanzas del pasado. Y al evaluar el pasado, entender que la bandera que nos cobija reúne en sí las mejores tradiciones, que nos empuja a procurar el bien de la patria.
¡Pobre sociedad si sus diputados y políticos analizaran los problemas cotidianos sólo con el mezquino ánimo de las ganancias inmediatas, olvidando que somos la continuación de una empresa -una empresa que la bandera resume y simboliza- que tiene un destino a cumplir para alcanzar el bien de sus hijos!
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


16 de Junio de 2012
SI SE PUEDE
OPINIÓN

Las cosas no son difíciles. Son difíciles porque no nos atrevemos, dijo séneca. La fuerza de voluntad, la fe y no tener miedo a fracasar son, en muchos casos, la clave del éxito incluso en las condiciones más adversas.
¡Querer es poder! reza el dicho popular que a veces escuchamos en boca de aquellos que nos aprecian para darnos aliento frente al desafío o la adversidad.
“Más hace el que quiere que el que puede”, es el argumento que a menudo pretende explicar cómo alguien ha logrado algo que parecía imposible dadas sus facultades, condiciones o circunstancias. Pero, ¿Es cierto que querer es poder? ¿Realmente hace más el que quiere que el que pueda? ¿Hasta qué punto la voluntad, la perseverancia, la fe y el propósito vencen a la adversidad y a las circunstancias desfavorables? Quizá para dar respuesta a estas preguntas uno debería investigar las biografías de aquellas mujeres y hombres cuya vida ha generado una aportación significativa a la humanidad en el terreno de la ciencia, del arte, de la empresa o de cualquier otra disciplina. Si lo hacemos, nos encontramos con una amplia mayoría de casos en los que tal afirmación se sostiene y tiene sentido. Los ejemplos son abundantes, y nos muestran cómo, por ejemplo, Einstein y Edison fueron considerados retrasados mentales durante su infancia, incomprendidos y rechazados por un entorno que luego contempló perplejo cómo los frutos de sus talentos cambiaban para siempre el curso de la historia. O cómo los descubrimientos de Fleming, Pasteur, Servet, Copérnico y tantos otros les costaron desde la vida hasta el rechazo más contundente de sus coetáneos. Otros, como Mahatma Gandhi, Nelson Mándela, Martín Luther King o Teresa de Calcuta, han demostrado también con su vida que las utopías pueden tocar la realidad cuando el propósito y la voluntad son firmes y los principios marcan una clara dirección y sentido, no sin un terrible sufrimiento que sólo la confianza y la entrega absoluta a una causa mayor que uno mismo son capaces de vencer. Edison afirmaba a menudo: “los que dicen que es imposible no deberían molestar ni interrumpir a los que lo están haciendo” cuando alguien objetaba lo “absurdo” que era tratar de inventar una lámpara incandescente, un fonógrafo o un telégrafo, todos ingenios que él creó. Más allá de los casos notorios de aquellos que superaron su destino gracias a su fuerza interior, abundan historias menos conocidas que muestran de manera elocuente el enorme potencial del ser humano cuando la voluntad y la entrega definen un propósito vital. Podemos hacer lo que deseemos si lo intentamos lo suficiente, repetía a menudo Helen Keller en sus charlas, y lo expresaba con conocimiento de causa. Con tesón y fuerza de voluntad, Helen había reconducido su vida,de niña muda, sorda y ciega pasó a ser, con la ayuda de su tutora Anne Sullivan, una autora famosa y una personalidad decisiva del siglo pasado a la que el presidente Lyndon B. Johnson recompensó en 1964 con la medalla presidencial de libertad, el mayor honor estadounidense para un ciudadano. Dejó escrito un libro sobre el optimismo (uno de los 11 que escribió en sus 88 años de vida) en el que declaró que “ningún pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares desconocidos, ni ha abierto una nueva puerta al espíritu humano”. Levantarse siempre. Al ver casos como el de Helen, o el de tantos seres humanos anónimos que día a día se mantienen firmes en el propósito de ser mejores personas, mejores profesionales o mejores ciudadanos, uno constata que quizá el verdadero “poder” que nace del “querer” no radica en lo aparente, lo ostentoso, lo externo, y que no es sólo una simple cuestión de fuerza física, ingenio, riqueza o inteligencia. Hay algo mucho más importante que tiene que ver con la fuerza interior. El verdadero poder surge de lo más profundo del alma de cada ser humano. Es aquella fuerza que nos hace afrontar los retos, levantarnos después de caer una y mil veces, luchar por una causa justa o necesaria, no perder nunca la esperanza, perseverar, dar una lectura constructiva a todo cuanto nos sucede, saber que eso que llamamos “yo” es en realidad un “nosotros”, y actuar en consecuencia, celebrar y agradecer cada instante de la vida, poner al mal tiempo buena cara, trabajar con el corazón por un futuro mejor para todos, avanzar sin miedo, entregarse a cada desafío de la vida con coraje, responsabilidad, humildad y confianza. En definitiva, quizá el auténtico poder es el que nace de desarrollar la capacidad para cambiar la realidad individual y colectiva gracias a la fuerza de nuestras actitudes. “No es porque las cosas sean difíciles que no nos atrevemos. Es porque no nos atrevemos que las cosas son difíciles”, dijo Lucio Séneca. Y esta sabia afirmación sigue vigente más de 2.000 años después.
“SI se puede…
DR.JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


14 de Junio de 2012
DISCAPACITADOS
HONORABLES
OPINIÓN

Se ha convenido en celebrar el "día del discapacitado". Muchas de la veces porque políticamente gana votos y es recibido con beneplácito por la sociedad. En la rutina “una hipocresía”. Para muestra vale un botón. En cualquier calle de mi provincia – San Miguel de Tucumán – es imposible caminar una cuadra con las veredas en buenas condiciones al igual que el resto de las provincias incluida nuestra Provincia autónoma de Buenos Aires antes llamadas por los provincianos Capital Federal. Ni hablar de rampas y servicios de trasportes públicos especiales. Los impuestos, tributos y tasas son cada vez más gravosos con una presión fiscal que no tienen parangón. Las exenciones que existen son letras muertas por su absoluta la falta de información o de aplicación. Se necesita los remedios procesales especiales como los recursos de amparos que después son apelados para dilatar su presunta inmediatez. Cuando después de años de gestión ante el (AFIP) y otros organismos estatales para la compra de un automóvil para discapacitados, en la mayoría de los casos la persona con dificultad deja el trámite por lo engorroso y totalmente espinoso. Se trata a la persona con dificultad como a un delincuente que quiere beneficiarse con algo ilícito. Se trata de un Derecho y no de una dadiva. Se puede seguir enumerando los obstáculos y son incontables. Es una verdad que pocos lo hacen pública por temor a quedar sin una sola concesión. En programas de televisión aparecen algunos casos que al publicitarse siempre aparece un intendente o un Ministerio solucionando el problema. Tal vez loable pero absolutamente farsante. Vale únicamente el ser nombrado por televisión en todo el país. (Programas con rating). Que farsa y chabacanería.
Permítaseme que en mi condición de una persona con problemas, me parece que ese tributo al minusválido debe ser todos los días. También a los que nos rodean y ayudan. No se asusten, suponiendo que voy a formular una larga perorata, sentimental y lacrimosa, buscando despertar la conmiseración de todos hacia un sector desprotegido, desfalleciente, endeble, desconsolado, sector que al exponer sus cuitas lo haría a la espera de prebendas, dádivas y ventajas. NO. Rindo homenaje a los discapacitados en cuanto son en la sociedad un sector que, si bien necesita ser tratado con ciertas avenencias por el evidente hecho de ser diferente, también está dispuesto a ser socialmente útil y a dar de sí cuanto su condición humana -imagen y semejanza de Dios- le permita brindar a los demás.
En este sentido me permito recordar a ilustres discapacitados que han merecido las honras y el respeto de todo el mundo civilizado. Me refiero a Esopo y Homero, a Aníbal, a Demóstenes, a Miguel de cervantes, a Francisco de Quevedo y Villegas, a Juan Ruiz de Alarcón, a Luis de Camoens, a Beethoven, a Lord Byron, a Toulousse lautrec. Viniendo a días más actuales, vaya este homenaje de gratitud al Santo Padre el Papa Juan pablo II; a los músicos Joaquín turma, Boccelli, José Feliciano, Steve Wanders, como a Roberto Carlos. Entre los argentinos recordemos al Manco paz, al Presidente Sarmiento víctima de una sordera progresiva que naturalmente agriaba su carácter y al ciego, o casi ciego, Jorge Luis Borges hoy en el día del escritor que señalara un hito imperecedero en nuestras letras. Si hemos de llegar hasta los días actuales no podemos dejar de recordar a quien murió como consecuencia de un brutal homicidio víctima de sicarios a FACUNDO CABRAL. Y viniéndonos a Tucumán no pueden quedar marginados de nuestra demostración los arpistas ciegos Roque Royna y Segundo Aredes, y cuantos músicos populares han hecho pervivir la música tradicional a pesar de sus limitaciones físicas. En este recuerdo de discapacitados que han dado a la sociedad brillantes frutos de sus talentos, de su arte, de sus altas capacidades a pesar de las limitaciones sufridas, una mención especial se merecen Helen kéller, ciega, sorda y muda que gracias a su tesón superó sus limitaciones hasta llegar a ser una escritora que dejara a la humanidad el testimonio de lo que el esfuerzo puede, y Anthony Hopkins , físico, matemático, cosmógrafo, que ha llegado a los primeros planos de la ciencia del mundo a pesar de sufrir una parálisis que afecta a todos sus miembros, a todos sus extremidades pero no a su cerebro ni a su voluntad de interpretar y ampliar las ciencias del cosmos. Pero no sólo a los ilustres discapacitados de los que sólo he hecho una ligera mención, sino a todos los discapacitados, que desde desconocidos rincones y superando mil inconvenientes se esfuerzan en superar sus males, en ser útiles a los suyos y en dar a la sociedad lo máximo que sus medios les permiten. A los discapacitados que no se quedan en actitud llorosa ni compungida sino que se yerguen demostrando todo el valer de su condición humana. Para ellos, para los que luchan desde las condiciones más adversas, vaya este homenaje personal y en forma personal y silenciosa a quienes han dejado su esfuerzo de vida en beneficio de innumerables personas con problema. Se merecen también el trato de “ilustre”.
No obstante no me olvido y desentierro el caso de la ortopedia Argentina que siguen despojando de ilusiones y esperanzas a miles de personas con capacidades diferentes con posibilidades y difusiones que saben que nunca podrán cumplimentar por falta de idoneidad en sus pseudos especialistas llamados inútiles.
Seguramente el Ministerio de Salud pertinente y la Nación tomaran carta en el asunto.
Sus métodos de vender piernas biónicas como si fuera una bolsa de harina sin la más mínima responsabilidad son delitos e inmoralidades que claman al cielo.
Un tema que seguiré escribiendo en mis borradores si me lo quieren publicar.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


13 de Junio de 2012
DISCAPACIDAD
DERECHOS HUMANOS
OPINIÓN

Como ciudadanos y por derecho natural estamos obligados a velar por los derechos, por los intereses, por el bienestar del pueblo.
Un gran sector de nuestro pueblo representa una franja formada por desposeídos y entre ellos los minusválidos o discapacitados.
Un gran porcentaje de la población según las estadísticas el 10% tiene carencias físicas o psíquicas. Pocas familias se salvan de tener un miembro que necesite de apoyo especial y en la mayoría de los casos no sabe donde encontrar esa protección.
Entre los derechos humanos más elementales está el de llevar una vida digna sostenida por el trabajo personal.
Para muchos ese derecho es ficticio al no tener acceso a una educación especial que los empareje con los otros.
La sociedad debe proveer los medios de suprimir esas diferencias de manera que el derecho de trabajar sea una posibilidad efectiva y no un enunciado utópico.
Educación especial, operaciones correctoras, adiestramientos modernos, prótesis o implantes son términos que indican necesidades muchas veces cubiertas por la caridad.
La caridad es una virtud con la que no se puede contar para eximir de un deber por la sencilla razón de que algo que me pertenece por derecho no puede concedérseme como una limosna.
No es compasión sino justicia lo que necesitan los disminuidos física o psíquicamente.
Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. Muchos requieren elevarse sobre si mismo para competir; un chico, una mujer, un hombre con problemas son ante todo y sobre todos" hombres, seres humanos con problemas". No debemos perder de vista esa dignidad, esa corona, ese soplo de ser hecho a imagen y semejanza de Dios. No le quitemos honor con nuestra piedad al hermano que tiene dificultades. Rescatemos siempre su dignidad. El orgullo o la dignidad de ser personas hace que antes que aceptar una expresión de lástima sean capaces de morderse y no pedir ayuda. La mano del piadoso nos quita siempre honor dice el poeta y tiene razón.
Los discapacitados tienen derecho a varios o muchos pasos adelante para correr en igualdad de condiciones, reconozcamos en ellos un derecho elemental, de los más elementales de los derechos humanos.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


11 de Junio de 2012
NO EXISTE LA DISCAPACIDAD
OPINIÓN

Dr Jorge Imagen Pequeña.jpgVengo sosteniendo desde hace muchos años “que no existe la discapacidad”, ya que dicho término encierra un contrasentido. Capacidad es la potencia, son las fuerzas, con que “Dios” nos dotó para vivir plenamente nuestras vida; reitero no existe la discapacidad, el hombre nace y es siempre entero, completo, capaz, porque es hecho a imagen y semejanza de dios; si estamos vivos es para vivir del todo, con todo. “Dis”, significa negación, separación “No”. Se puede decir y no le tengamos miedo a las palabras que somos rengos, ciegos, mudos, paralíticos, que tenemos uno o varios problemas físicos y psíquicos, pero que no somos capaces, eso sí que no. de hecho a muchos nos falta física o psíquicamente algo, o mucho que haría que nuestra vida sea mucho más fácil. Podemos tener enormes dificultades, pero todos sabemos que algo maravilloso, misterioso e innegable, yo diría que la mano de Dios nos ayuda a pelear, a vencer, a no flaquear.
Tenemos que estar siempre preparados, alertas para luchar más o más. “... no te sientas vencido aún vencido...”, dice el poeta y tiene razón.
A mí, el destino me ha concedido el privilegio de participar de dos categorías. La de una persona con un problema (pierna ortopédica), que hace lo posible por igualarse a sus prójimos y así brindarse a los demás, y la de un hombre público, que le ha tocado en honor ocupar numerosos cargos públicos (muchos de ellos electivos), y de gestionar la creación de una comisión que ahora está vigente en la legislatura provincial, destinada a velar por “la familia por los menores y también por los discapacitados”.
Debo decir que en la mayoría de los casos no estamos solos, nuestros hijos, mujeres, padres, hermanos y amigos nos rodean y nos ayudan al considerarnos uno más del grupo familiar, y se nos convierte en personas iguales a los demás.
El orgullo o la dignidad de ser persona, hace que antes que aceptar una expresión de lástima, seamos capaces de mordernos y no pedir ayuda.
“... la mano del piadoso nos quita siempre honor...” dice el poeta (“machado”), y lo comprendo.
No puedo hablar por el ciego, que estudia en braille y se gana la vida, ni por el sordo, que lee los labios y se integra así al mundo; o por el paralítico, que por andar en sus muletas y en su silla de rueda, desarrolla un tórax de campeón. No puedo hablar por ellos, pero los comprendo y valoro todo el esfuerzo, las garras y el sudor que necesitan para hacerlo.
Discapacidad?, no, eso es supercapacidad, es heroísmo. Cada uno de nosotros tiene una historia diferente en el que factor común es el esfuerzo y la fe. La voluntad, esa facultad humana por excelencia debe ser nuestra aliada, nuestro sostén permanente. Con voluntad suplimos todas nuestras dificultades y siempre está allí “Tata Dios” que nos manda un cable. La voluntad, tesón para resistir, para emprender, para no cejar. Perseverancia y orgullo para demostrarnos que a pesar de todo, contra todo, podemos.
“Arriba los corazones, siempre más allá”, si Dios nos toco es por algo, quiere mucho más de nosotros, no nos quedemos jamás en la mediocridad.
Siempre es posible enfrentar a las adversidades y ganarle. Siempre es posible mejorar.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@Gmail.com



10 de Junio de
2012
DISCAPACITADOS
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
NO PUEDEN SER HUMILADOS
OPINIÓN

En la prehistoria, a medida que las distintas tribus y agrupaciones humanas se movilizaban buscando mejores cotos de caza o después mejores tierras para realizar sus cultivos, decidían abandonar a su suerte a las personas discapacitadas, para no entorpecer los desplazamientos del resto de la tribu. Durante la época florecimiento las primeras civilizaciones, los espartanos de la antigua Grecia, arrojaban desde el monte taigeto a las personas con discapacidad, pues no querían que "en su bella y floreciente civilización" existieran personas diferentes. (No debemos olvidar que no hace muchos se los tiraban en nuestra vecina ciudad de Catamarca y en muchas partes son absolutamente discriminados).
La historia de los discapacitados no ha sido nunca estable ni segura, lo cierto es que las desviaciones de cualquier tipo siempre nos han parecido una amenaza, lo diferente nos molesta, pero al mismo tiempo tenemos una fuerte curiosidad por aquello que nos parece sobrenatural, desde considerarlos demonios hasta dioses, de lo mítico a lo vulgar. En esa eterna búsqueda nos hemos encontrado con contrastes muy notables; así como entre los animales hay quienes destruyen a sus cachorros imperfectos o simplemente los dejan morir, existen animales que los protegen amorosamente.
Los hombres también a lo largo de la historia les han dado diferentes tratamientos a las personas con algún tipo de discapacidad.
En la Grecia del siglo IV A.C. el eminente filósofo Aristóteles trató de interpretar algunas desviaciones, existen registros de estudios de las diferencias físicas y mentales realizados por Diógenes, Hipócrates y Galeno quienes estudiaron la epilepsia, la demencia, entre otras formas atípicas.
los indios Masai asesinaban a sus niños discapacitados.
los Chagga de Africa oriental utilizaban a sus discapacitados para ahuyentar al demonio.
los antiguos Hebreos creían que los defectos físicos eran una marca del pecado.
los Jukun de Sudan consideraban que eran obra de los malos espíritus y los abandonaban para que murieran.
Durante la edad media, principalmente en Francia, se construyeron verdaderas fortalezas y ciudades amuralladas en donde se guardaban y escondían a centenares de personas con algún tipo de discapacidad.
En el siglo XIV, los nacidos con alguna deficiencia ya sea física, sensorial o mental, como la sordera, la ceguera, la parálisis, la cuadriplejia, entre otros, eran confinados a grandes encierros, en los que eran exhibidos los fines de semana a manera de espectáculo circense o de gran zoológico, para que las familias se divirtieran un poco o bien, manejando la consciencia social, rectificaran los actos cometidos en el pasado, por considerar a estos "monstruos" o "fenómenos" como la más grande señal de un castigo enviado por Dios.
Posteriormente, los "anormales", constituyeron un pretexto también de Dios para despertar la caridad, el fin: la promesa de salvación y vida eterna. Por lo menos, ya no eran considerados "fenómenos", ahora eran llamados "miserables"; su función ya no era la de divertir, ni la de solamente despertar el arrepentimiento, sino que su función sufrió un cambio aparentemente más "digno": el de ser los portadores del objetivo de Dios, liberar a los "normales" del pecado, por la caridad.
Esto fue lo que en términos generales la sociedad obligó a creer durante mucho tiempo a las personas con alguna deficiencia: personas minusválidas, sin valor, incapaces de desarrollar una consciencia crítica, un sentimiento; seres por tanto, sin voz ni voto.
Como puede observarse, muchos han sido los papeles sociales y los conceptos que se han manejado alrededor de las personas discapacitadas en las diferentes sociedades y culturas, sin embargo en la gran mayoría de los casos, no han sido justas ni favorables e incluso la exclusión social se ha exacerbado durante algunas épocas.
Por ejemplo, durante el siglo XX se cometieron grandes crímenes en Alemania, por el ejército nazi, durante la segunda guerra mundial, diversas atrocidades se realizaron, "en busca de la raza perfecta" en la cámara de gases o con la ingestión de sustancias letales que se proporcionaron en forma selectiva, antes que a nadie, a las personas con discapacidad mental para aniquilarlas tratando de construir un supuesto mundo de "seres perfectos".
El racismo, intolerancia y complejos de superioridad, imperaron en esa época no solo para exterminar a los judíos, mujeres y ancianos; sino también a las personas con discapacidad. En este mismo siglo, las personas con discapacidad dieron origen a una industria floreciente en los países ricos, en donde se construyeron enormes edificios, llenos de pseudo especialistas, algunas veces en condiciones precarias, otras veces con todo el lujo posible, en donde albergaban a personas con discapacidad mental para que vivan allí para siempre, olvidados de sus familias y de la sociedad, considerando que no debían de molestar a las demás personas, ni tampoco constituir las manchas de las ciudades…”.
Sin embargo desde hace muchos años, han surgido personas que iniciaron un camino de liderazgo para hacer que las personas con discapacidad puedan vivir mejor. Tomás Moro, en su libro clásico "utopía", describe las relaciones que se pueden establecer entre las personas con discapacidad y las personas aparentemente normales; así como los sentimientos y espíritu de fraternidad que surgen entre ellos. consideraba a las personas a cargo de los discapacitados como privilegiadas, que debían ser seleccionadas cuidadosamente, con las más altas condiciones morales, pues deberían de ser las más fuertes, las más nobles; ya que ellas tendrían la mejor tarea a desempeñar en esta ciudad utópica, estarían en contacto con los seres más nobles, puros y queridos, las personas con discapacidad.
En materia de discapacidad vivimos aún en una jungla al inicio del nuevo milenio en la que se cristaliza la máxima darwiniana de la "supervivencia del más fuerte".
En nuestra sociedad moderna, dos tercios del mundo no cuentan con facilidades especiales, ni médicas, ni educativas para los discapacitados, y otros continúan poniéndoles rótulos, los segregan física, educativa y emocionalmente del resto de la población, con abusos, exclusión, carencia de oportunidades, marginación, falta de valoración, discriminación, indiferencia, negligencia, olvido y hasta vergüenza. Este es el panorama real mundial en nuestros días, que nos muestran los reportes de las organizaciones internacionales de discapacitados.
En nuestro país, en nuestra provincia y en todo el mundo, debiéramos trabajar y luchar incansablemente en conseguir un universo mejor y más justo.
La historia del mundo nos proporciona diversos ejemplos de liderazgos de hombres y mujeres que en su lucha no solo lograron sobreponerse a la adversidad de su discapacidad, sino que además han contribuido notablemente a transformar al mundo, lo continúan haciendo y seguramente lo harán en el futuro.
La prensa y los medios de comunicación son y deberán ser nuestros aliados.
Por eso la trascendencia que debe darse a las abusos y anomalías de las grandes ortopedias que venden productos de alta tecnología ignorando absolutamente hasta los catálogos en donde se indica su funcionamiento.
No debe olvidarse que esas ortopedias se encuentran en la Capital Federal – Provincia autónoma de Buenos Aires – y desde todas las provincias son enviadas creyendo que son los mejores especialistas.
Puedo asegurar después de más de cuarenta años en que me amputaron la pierna izquierda con absoluta certeza que son unos inútiles.
En lo personal al ser una persona conocida en mi provincia Tucumán – Hombre Publico – me usaron como conejillo de india.
Esa informalidad son engaños que claman al cielo.
DR.JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


8 de Junio de 2012
ORTOPEDIAS
RESPONSABILIDAD
OPINIÓN

El poder ejecutivo tiene a su cargo la administración provincial, por lo que su buen funcionamiento cae bajo su responsabilidad. Por ejemplo, el poder ejecutivo designa a los funcionarios encargados de atender la salud pública. Esto quiere decir, por ejemplo, que si a un enfermo de apendicitis en el hospital público se lo operase sin la debida asepsia, ¿el poder ejecutivo sería responsable de la infección sobreviniente? Por supuesto que no: El poder ejecutivo es responsable de poner gente idónea al frente de los organismos competentes; los errores técnicos que ellos cometieren -errores que serán inevitables, por ser humanos, y que Dios mediante han de ser mínimos, debido a su acreditada capacidad- deben correr por cuenta de sus autores.
Pero si al enfermo de apendicitis se lo sustrajera del área hospitalaria y se lo pusiera bajo el cuidado especial de un médico contratado a ese solo efecto, o de una institución particular y sobreviniese la infección, ¿no habría una culpa en haber obviado los elementos, las instituciones, el personal especializado, el trámite prescrito, los procedimientos establecidos por la legislación sobre la base de una larga experiencia? El enfermo mal curado tendría derecho a quejarse de que -habiéndose dejado de lado los medios normales- se haya llegado a un resultado desfavorable.
Algo similar a esto pasa con el problema originado por ortopedias al vender productos de alta tecnología – exclusivamente- sin la consulta previa, ni certificado del médico idóneo y sin contar de respaldo técnico ni profesional para una empresa de tamaña proyección y expectativa –
Debiera intervenir desde el propietario hasta el último de los llamados especialistas, ejecutando, preparando, consultando, asesorándose, en este programa preferente de vender piernas o brazos biónicos representando a nuestro país- en contrato con países del primer mundo-, como únicos autorizados y certificados al respecto. Eso hubiera sido normal. Pero -por motivos comerciales, de ganancia o especulación - , se ha preferido dejar de lado o soslayar las normas morales y éticas acreditadas por la llamada experiencia y poner las diligencias y ejecución en manos de alguien que no es un experto.
Se trata que los damnificados son en estos casos discapacitados con expectativas e ilusiones intencionalmente malogradas. Con proyecciones de videos y fotografías de personas de iguales características que pueden realizar tareas mejores, superiores a un ser normal -. Se puede comprender que pueden existir detalles técnicos que escapa a la órbita del especialista, pero lo grave aparece el otorgarse, concedido y transmitido la concesión, franquicia o prerrogativa a quien no estaba – evidentemente - en condiciones de contratar y asumir una responsabilidad de tamaña características por la naturaleza de los perjudicados – minusválidos-. Y esto, ¿no cae bajo la responsabilidad de la ortopedia y del Estado, quien ha permitido y concedido ese beneficio con los trámites que supuestamente se encuentran establecido en alguna legislación escondida? El técnico debe ensamblar, probar evaluar las prótesis. Pero quien debía verificar que se cumplan debidamente con la implementación y resultado de un programa de enorme difusión de prótesis biónicas que significan un desembolso económico de prerrogativa inusual para cualquier faltriquera. Es inconcebible que los agraciados y aparentemente amparados se trata de amputados que desean insertarse en la sociedad como personas útiles y semejantes a los demás. Querer responsabilizar a técnicos, empleados y naturales asesores de la institución es un despropósito y una burla. Para eso están. Esa es su función. En eso teóricamente y virtualmente tienen experiencia. Pero una ortopedia que monopoliza y vende exclusivamente productos de importes, montos y sumas exorbitantes debe contar con más de un asesor y profesional en la materia, para dirigir un sistema más que delicado, al margen de los organismos gubernamentales que deben verificar los resultados. Los errores ocurridos ¿no son de responsabilidad de los dueños de considerables ganancias y mercedes? ¿No se trata acaso de perjuicios morales y materiales irreparables? ¿Es que no hay culpa en haber seleccionado mal a quién debía poner en funcionamiento una prótesis de alta tecnología?
Si el médico que va a realizar una operación quirúrgica no hiciera las necesarias desinfecciones debido a que errar es humano, estaríamos en la llamada “mala praxis”. Pero si la ortopedia vende un producto de un altísimo costo, en forma parcializada y única, después de años de tratamiento a costo del paciente – discapacitado -no se trata del abandono que indicamos. El rehacer nuevamente por error del técnico en una prótesis de sesenta mil dólares, o no configurarla por ignorancia e impericia no es inmoral o al menos desvergonzado ¿no participaría de esa responsabilidad la ortopedia y su socio beneficiado y además el Estado que ha permitido esa concesión exclusiva?
Es responsabilidad del estado el de verificar, corroborar y constatar estos hechos que suceden a diario y perjudican a miles de minusválidos-

DR.JORGE B. LOBO ARAGON
jorgeloboaragon@ghotmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com




7 de Junio de 2012
CORPUS CHRISTI
(UN AMIGO ME AYUDO A DAR MUCHOS PASOS ADELANTE)
OPINIÓN:
Cuando éramos chicos y corríamos carreras. Al más chico lo poníamos varios pasos adelante. Le dábamos cancha. Tantos más pasos cuando más chico era el corredor.
Así es la vida del minusválido, necesita, tienen derecho a varios o muchos pasos adelante de los otros para correr en igualdad de condiciones.
No le concedemos nada, reconocemos en ellos un derecho elemental de los más elementales de los derechos humanos.
Para poder ganarse la vida, el ciego, el amputado, el débil mental por cualquier causa, el sordo, el mudo, requieren muchos pasos de ventaja.
¿Puede un sordo, un mudo, un ciego manejar una computadora? pues enseñémosle y que lo hagan como el mejor, con orgullo, pero enseñémosle.
No quieren limosna, no quieren favores, quieren ejercer el derecho elemental a trabajar. Quieren ser capaces de sostenerse a si mismos y sostener una familia.
Y digo computadora como podría decir mil cosas distintas. Desde traducir Braille a estudiar una carrera independiente. Desde música a artesanías pasando por distintos profesorados.
Cuando tenemos el problema en casa recién reaccionamos.
¿Cuanto cuesta una operación de ojos o de oído o de cerebro, cuanto cuesta una pierna ortopédica o una silla de rueda especial?
Conocemos a genios que se levantaron sobre sus disminuciones físicas o mentales por que tuvieron los medios para hacerlo.
¿A cuánto de ellos perdemos, desperdiciamos?
¿De cuantos cerebros nos privamos?
Nos es caridad, es obligación la de velar por ellos, como por los niños y las madres necesitadas y los ancianos.
Hoy la providencia Divina y un amigo de la infancia, mi colega Marcos Aníbal Rouges. Brillante Abogado Tucumano, gracias a su solidaridad y conocimientos en otras ramas de la ciencia – Informática -,me ayudo a dar incontables pasos adelante.
Le comento la historia porque no se puede creer.
No creo que Dios justifique a un pueblo que olvida a los débiles y menos a una Ortopedia que basada en su aparente prestigio vende y representa a marcas de última tecnología en piernas biónicas sin especializarse.
Una vergüenza
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
Jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com


Carta de Marcos Aníbal Rouges
Hoy fui protagonista de un episodio tan insólito como gratificante. Como para no creer más en los "especialistas" argentinos. Es tan insólito que me dije que bien valía perder unos minutos y hacer una nota. Que cada cual saque sus propias conclusiones...
Como antecedente, comento que hace unos tres años me había encontrado con Jorge Bernabé Lobo Aragón, político tucumano, hijo de un amigo de papá y amigo mío desde las épocas de la escuela primaria, que cuando niño sufriera un accidente en el que perdió su pierna izquierda. En ese encuentro le dije que siendo un político y teniendo dinero suficiente, no tenía sentido que usara una prótesis de plástico en lugar de una pierna de tipo robótica. Entramos juntos por internet a buscar, encontré dónde las vendían, quedó contentísimo, me dijo que la compraría y nos separamos.
Hoy lo vi de nuevo. Me había citado a una reunión por motivos profesionales, y en razón de la huelga de taxis que paralizó la ciudad, decidimos ir al parque 9 de Julio. Allí pude verlo caminar -obviamente, habiendo sido quien le sugirió el cambio de prótesis, esperaba encontrar las grandes diferencias que eran de suponer- y lo encontré caminando aún con más dificultad que antes, intentando con un movimiento de cadera arrastrar esta pierna más pesada que su antigua pierna plástica.
Le dije con una sinceridad brutal que estaba rengueando igual y más que antes, y le pregunté por qué no usaba una pierna robótica. Me aclaró que la que tenía en esos momentos era precisamente esa pierna, que le había costado una fortuna, pero que los especialistas que representaban en Argentina a la empresa alemana que las fabricaba y vendía, aparentemente no le daban pie con bola en la configuración. Que cada tres meses debía viajar a Buenos Aires para que se la regularan nuevamente.
Ahí tuve una inspiración. Le expliqué que yo había visto a atletas correr, escalar y hacer cosas increíbles con piernas similares a la que él arrastraba penosamente. Para que me entiendan puse la foto de una moderna pierna ortopédica Rheo como la que Jorge arrastraba hasta hoy. Le dije entonces que seguramente quienes estaban encargados de regular su pierna no tenían mucha idea del tema, le pregunté si tenía los controles y el manual de funcionamiento de su pierna, y me ofrecí a intentar yo efectuar esa regulación. Me dijo que tenía en su Estudio el control vía Bluetooth, y el manual en su casa, pero en inglés, idioma que él no domina. Le dije que yo sí lo entendería, fuimos a su Estudio, y allí entré por Internet. En medio minuto encontré el manual de su pierna en castellano.
Me llamó la atención tanto el hecho de que él no tuviera el manual de su pierna en castellano, como el estado virginal del control. Estaba sin uso dentro de su caja. Cuando intentó detectar a la pierna, pidió una contraseña. Como Lobo Aragón no la conocía, hablamos a Buenos Aires, donde luego de una breve vacilación el porteño que atendió nos dijo que no necesitaba contraseña, que se entraba directamente. Me llamó la atención esta respuesta, en vista de que esa falta de contraseña era lo que me impedía conectarme con la prótesis. Rápidamente el manual encontrado por internet me dio la solución, aclarando que el número de serie individual de cada prótesis figuraba atrás de la rodilla, y sus últimos cuatro números eran la contraseña personal para acceder al dispositivo en forma inalámbrica.
Cuando accedí, y tal como sospechaba, la prótesis me dio la bienvenida e inició por primera vez una tarea de configuración. Luego de seguir unas cuantas sencillas instrucciones, la pierna de Jorge Bernabé Lobo Aragón quedó configurada para caminar normalmente. Luego de unos pocos pasos, Jorge me confesó que era la primera vez en tres años, desde que había comprado la pierna robótica, que la veía funcionando realmente. Me dijo también que cada vez que había ido a hacerla regular, él había notado que quedaba casi idéntica a lo que estaba anteriormente, pero no quería contar eso en su familia para evitar la decepción de todos ante el fracaso. Ahí nos dimos cuenta de que desde hacía tres años que la agencia oficial porteña que representaba a los fabricantes europeas de esa prótesis lo hacía ir para simular "regulaciones" que jamás había efectuado, para no tener que confesar su absoluta ignorancia. Hace media hora me llegó un mensaje de texto de Jorge, contándome que en su casa se armó una revolución cuando llegó él caminando casi normalmente, y contó que por fin tenía una pierna funcionando…



7 de Junio de 2012
BOFETÓN
OPINIÓN

Antiguamente los reyes eran la cumbre de la administración, la última instancia de todos los poderes. También, por supuesto, del Judicial. De modo que ellos podían revocar los fallos, modificando lo dispuesto por los jueces naturales. Reminiscencia de ese antiguo poder, las constituciones republicanas se lo otorgan a los jefes de los ejecutivos; el gobernador tiene atribuciones para conmutar e indultar las peñas impuestas por los tribunales (articulo 87/10 de la Constitución provincial de Tucumán), y el Presidente, lo mismo (ar-tículo 99/5 de la nacional); Nos viene a la memoria el caso de Sancho, cuando estaba a punto de partir a gobernar su ínsula. Don Quijote, entre sus consejos, le dice que "si alguna vez se dobla la vara de tu justicia, no sea bajo el peso de la dádiva, sino de la misericordia". Está muy bien, y a través de los siglos esto ha impregnado nuestra cultura. El gobernante tiene derecho a no cumplir lo dictados de la Justicia, cuando lo hace impulsado por el peso de su misericordia. El juez no puede ser misericordioso. El juez debe ser justo, y nada más. Puede, sí, aplicar su criterio propio dentro del marco que la legislación taxativamente le fija. Y la sociedad, en ciertos casos, necesita que alguien aplique esa virtud que inclina el ánimo a compadecerse de las miserias ajenas, como lo hacían los antiguos reyes. Entonces, a falta de reyes, las más altas autoridades ejecutivas han heredado esa facultad, que está fuera de discusión pues sólo responde a una benevolencia del ánimo del gobernante. Pero, en las circunstancias actuales, esa benignidad del ánimo puede contrariar a los anhelos de una población agobiada por la proliferación de la delincuencia, por la impunidad, por la evidente falta de castigo a los mu¬chos delitos e inmoralidades que se cometen. Los delincuentes, en su enorme mayoría, no son castigados por falta de prueba o por exceso de requisitos, y, si se los llega a castigar, son beneficiados por la forma de computar los años, por buena conducta o por al¬gún otro motivo que no ha de faltar. Y encima, si la condena judicial manda que siga preso en cierto período, el gobernante puede interponer su generosa clemencia en favor del convicto De modo que toda indulgencia a la gente honesta le cae como un bofetón. Se piensa: hemos votado en busca de orden estricto, de justicia severa, de fiel cumplimiento de las leyes (de todas, leyes a favor y leyes en contra) y la condescendencia no parece adecuarse al deseo de castigos inflexibles, rigurosos, que alienta toda la sociedad y en especial las víctimas de crímenes impunes.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@gmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com




6 de Junio de 2012
LA VIRGEN DE LA MERCED
LA HISTORIA TUCUMANA

Todos sabemos que la Virgen María es una sola pero se la conoce bajo distintas advocaciones, en distintos lugares y tiempos. ¿Qué es una advocación?, es un titulo que se le da a ciertos imágenes sagradas para distinguirlas entre sí. Los textos que van a leer a continuación, por cuestiones de espacios, son apretadas síntesis de otros, que sí fueron aprobadas por la Iglesia. Dejamos todo en manos de María Santísima y pedimos al Señor que nos ilumine para no equivocarnos y le rogamos indulgencia por tanta osadía. También nos sometemos en todo al juicio de la Iglesia Católica. La historia nos cuenta que el General Belgrano durante la batalla de Tucumán, el 24 de septiembre de 1812, en plena guerra por la independencia, puso toda su confianza en Dios y en nuestra Señora de la Mercedes, a quién adopta como Patrona del Ejército. Esa mañana de ese día que se libró el combate, el General estu¬vo orando largo rato ante el altar de la Virgen. Después de la victoria, en el parte de guerra que transmite al gobierno, escribe textualmente: "La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos". El General profundamente conmovido por el triunfo, nombra a la Virgen de las Mercedes como Generala del Ejército. Las religiosas de Buenos Aires al enterarse de esto remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de la Merced para que distribuya entre los soldados y en la próxima batalla, la de Salta, son divisas de guerra. A partir de estos hechos, esta advocación mariana adquiere una solemnidad particular en los principales santuarios de la cristiandad
En el año 1912, al cumplirse el Centenario de la Batalla de Tucumán, la imagen de nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, fue coronada solemnemente en nombre del Papa San Pío X. En varias ciudades del país, y en especial en nuestra ciudad de Mercedes (Corrientes) se venera a Nuestra Señora de la Mercedes con la intención de asegurarnos en perpetuidad su amparo y devoción.
En cuanto al origen de la festividad, en época en que los árabes dominaban España, muchos cristianos padecieron la esclavitud y vieron en peligro la fidelidad de su fe y comenzaron a dudar, allí aparece un laico llamado Pedro Nolasco (1182-1256) quien al ver tantos cristianos reducidos a esclavos por defender a Cristo, trata de conseguirles la libertad, ¿de qué manera? Pagando con su propio dinero el rescate de muchos de ellos. Pero eran tantos los cristianos reducidos a la esclavitud, que él intento supera las posibilidades. Es allí donde se retira a la vida contemplativa, se dedica a orar y ayudar al prójimo. En la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 se le aparece la Virgen y le manifiesta que el camino no es retirarse, sino el de fundar una Orden que tomara como carisma especial la tarea de liberar a los presos cristianos.
Y así Pedro Nolasco y sus primeros compañeros visten el hábito y dan por fundada la Orden de los Mercedarios. La Orden se definía como: “Orden de la Merced para la redención de los cautivos”. La palabra Merced o Mercedes en el castellano del siglo XIII significa misericordia. Con el tiempo este término pasa a ser nombre propio y quedo Nuestra Señora de las Mercedes.
El sentido teológico de la fiesta está dada por la oración de la misa, liturgia de las horas: se pide que lleguen a gozar de la verdadera libertad de los hijos de Dios, todos aquellos que padecen cualquier forma de esclavitud o prisión. Por eso en nuestra ciudad todos los 24 de septiembre, la procesión se detiene frente a la comisaría local y se liberan presos. Por supuesto que esto es un sentido simbólico, porque la verdadera liberación y libertad cristiana está en el Documento de la Congregación de la Doctrina de la fe, donde nos muestra a María que junto a su hijo, “es la imagen perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del Cosmos”.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@gmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com



 
 
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